MAGAZINE DE DISEÑO, CREATIVIDAD GRÁFICA Y COMUNICACIÓN

Ahora que se acabó el dinero… llegó el momento de pensar. Investigar en diseño.
Un proceso necesario para avanzar


El sector del diseño en España, en general, carece de fundamentos teóricos potentes que estén actualizados al contexto en que se desarrolla la profesión. Incluso diría que hay poca o nula crítica pública a la práctica del diseño y mucha o demasiada pleitesía hacia lo que hacen los colegas. Estos problemas están principalmente vinculados a una educación del diseño demasiado centrada en la práctica del oficio y poco o nada en la reflexión. Pero esto es algo que el Plan de Bolonia y el Marco Europeo para la Educación Superior está cambiando, puesto que ahora las carreras de diseño se integran en un marco universitario en el que la investigación forma parte de la formación. Algo que era totalmente necesario. Publicado en Visual 160

Las ventajas que supone que el ámbito académico del diseño incluya la investigación dentro de su ciclo formativo son muchas, pero la más importante es que las aportaciones de la investigación ya no sólo se mirarán desde el aspecto histórico o teórico sino también desde la práctica del oficio. Esto aumentará el conocimiento sobre la disciplina y permitirá que el diseño se integre en la investigación de otras áreas de conocimiento, ya sean las humanidades o las ciencias, abriendo nuevas vías de influencia y colaboración.
La definición de investigación implica cuestionar lo que hay y crear una mirada nueva. Sirve para establecer nuevas conclusiones, resolver un problema. Y este es el enfoque que necesita la práctica el diseño hoy: nuevas conclusiones para nuestra profesión, para hacerla avanzar hacia una mejor contribución a las necesidades de la sociedad actual que no son ni de lejos las mismas que hace 20, 40 o 60 años.
El sector profesional también debe abrazar la investigación como algo realmente útil para el desarrollo del oficio. Principalmente por dos motivos.
El primero es que la investigación es una forma de autosuperación. El hecho de contrastar nuestro conocimiento con la realidad nos enfrenta a nuevos retos en el desarrollo de nuestra carrera. Por ejemplo, hay muchos buenos diseñadores editoriales en nuestro país pero pocos de ellos están haciendo incursiones en el mundo del libro electrónico. Más bien, la mayoría se aferran al romanticismo del papel, como si la tinta electrónica no tuviera nada que ver con ellos. Por poco que uno empiece a investigar el terreno de la publicación digital, enseguida detectará un montón de retos y defectos a los que podría dar respuesta desde su posición de diseñador experto en libros.
El segundo es que la investigación fomenta la interdisciplinariedad. Si estamos especializados en diseño editorial y decidimos hacer una investigación sobre las nuevas posibilidades para el diseño en el sector del libro electrónico, esta investigación nos supondrá avanzar en nuestro conocimiento sobre aspectos tecnológicos o de usabilidad. Aspectos mucho más centrados en el desarrollo de software para dispositivos móviles y la experiencia de usuario que en la composición tipográfica. Y eso, nos dará una visión mucho más global de los problemas a los que se enfrenta el diseño editorial, nos descubrirá nuevas vías de trabajo y nos proporcionará un vocabulario común para trabajar con profesionales de otros campos.
La investigación es también un proceso sistemático con una metodología propia. Una metodología que garantiza que los resultados tengan validez y que las nuevas conclusiones que planteemos sean una base sólida para otras futuras investigaciones. Este proceso lo podríamos estructurar en dos fases: una primera (foraging loop) de consulta de datos y selección de evidencias y una segunda (sensemaking loop) de construcción de una nueva mirada a través de la valoración de las hipótesis respecto a estas evidencias. Me explicaré.
Supongamos que queremos investigar qué posibilidades para la composición tipográfica hay en el desarrollo de libros en formato e-pub. En la primera fase (foraging loop) recopilaríamos información sobre este formato, las peculiaridades de los lectores electrónicos y también sobre los hábitos y experiencias de lectura de sus usuarios. Todos estos datos, nos proporcionarían evidencias tales como la necesidad de compaginar el texto de forma fluida para que se adapte a las preferencias de los lectores, la limitación en la oferta tipográfica y la ineficacia de la metáfora del libro para este nuevo soporte de lectura. Estas evidencias nos podrían llevar a entender (sensemaking loop) que el diseño editorial para formatos e-pub necesita diseñar separando la forma del contenido, utilizando hojas de estilo que sean responsive, que las web fonts son la clave para recuperar el control del buen diseño y que hay que reinventar completamente el significado de página.
Finalmente, quisiera puntualizar el carácter evolutivo de la investigación y la necesidad de liberar los resultados a la comunidad profesional contribuyendo a fomentar el avance técnico, social y cultural del diseño tal y como otras ciencias han estado haciendo durante siglos.

Plausive