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Dtone. El sabor inconfundible de la calle


8_MYTIQ 27Ciertas verdades parecen incuestionables, pero aún nos sorprenden cuando reflexionamos sobre ellas. No en vano, el mundo está cambiando a una velocidad frenética y nos vemos obligados a reformular todo lo que nos rodea. Es en este ambiente caótico donde el arte todavía se atreve a plantar cara al futuro, pero siempre manteniendo intacta la capacidad de hacernos soñar y de exaltar algunas virtudes poco ortodoxas para los tiempos inciertos que corren. Esto es lo que debe pensar Dtone, un ilustrador parisino que ha logrado mezclar su pasión por el street art con la ambición de exponer en las galerías más prestigiosas, sin perder la fuerza reivindicativa de sus inicios en las calles. Adentrarnos en su universo visual significa redescubrir la magia de la cultura pop, la utopía del Black Power, el ritmo de la música soul y la fascinación por las zapatillas. Unos elementos que marcan a fuego el destino de sus obras y demuestran que la realidad también se esconde en los detalles más inesperados. Publicado en Visual 166




La explosión del grafiti en los años 80 fue tu pasaporte al mundo del arte. ¿Qué recuerdos tienes de aquella época y qué te llamó la atención de ese movimiento tan inconformista?
A veces me gusta alejarme del concepto de arte urbano para definirme, simplemente, como un pintor y un artista visual que nació en París y que sigue viviendo en esta ciudad. Si miro hacia atrás y reflexiono sobre todo lo que he hecho, me doy cuenta de que mi afición al arte empezó cuando era un chaval y, desde entonces, no he dejado de alimentar esta pasión. Descubrí el mundo del grafiti en la década de los 80 y fue una buena manera de reforzar mis aptitudes artísticas. En aquellos días estaba muy centrado en la ilustración propia de la anatomía científica y también en el universo del cómic, aunque tenía la ambición de estudiar diseño publicitario. Esa escena urbana me ayudó a escapar del espacio limitado que nos brindan las hojas de papel y me permitió adquirir un mayor control sobre las proporciones y los colores. Entonces podía expresarme de manera pública y, al mismo tiempo, romper las normas de una manera elegante. La rebeldía es algo que siempre ha existido en el arte, pero las formas evolucionan y, a veces, vamos demasiado lentos a la hora de descifrar los mensajes que nos lanzan los artistas.
Tu obra mezcla de manera promiscua los iconos pop, las zapatillas, la música y la religión, pero siempre bajo el prisma de la cultura afro. ¿Crees que tus cuadros son una ventana abierta a una escena muchas veces reprimida?
Desde que hice mi primera obra hasta llegar a la actualidad, he explorado y desarrollado diversos conceptos que han ido transformándose en series de cuadros. Mi trabajo se basa en lanzar preguntas a los espectadores a través de las imágenes e intento que cada persona se cuestione la manera que tiene de ver las cosas que nos rodean o que se arme de valor para rebelarse contra el status quo que impera en el mundo actual. Se trata de ser capaces de ver más allá de las apariencias y lograr que la gente aprecie la forma y el contenido de las obras como si se tratara de una entidad única e indivisible.
Conociendo tus referentes visuales y culturales, ¿qué te inspira a la hora de afrontar el reto de dar vida a un lienzo en blanco?
Mis fuentes de inspiración son muy variadas, todo depende de lo que me llame la atención en cada momento, aunque los cómics, el pop art y el grafiti siempre aparecen de la nada para abrirme los ojos. Me gusta coleccionar objetos y, al final, acabo incorporándolos en las obras que hago. Por este motivo puede caber cualquier cosa, desde la iconografía etíope, hasta los pintores del Renacimiento, pasando por los desnudos griegos. Esta mezcla de influencias es lo que yo llamo “arte afro-iconográfico”. Afro porque los personajes acostumbran a ser tipos negros. Iconográfico puesto que los represento en forma de iconos. Y arte porque, al fin y al cabo, éste es el medio que permite expresarme libremente.
¿Podrías explicarnos cómo es tu proceso creativo y qué técnicas utilizas habitualmente para dar forma a tus obras?
Siempre que tengo una idea, la plasmo primero en un boceto a lápiz y esto me permite afrontar con seguridad la ejecución de la ilustración final. Mi trabajo se centra, sobre todo, en las gradaciones de color, por este motivo aplico efectos de luz y de oscuridad mediante aerosoles, utilizando pintura acrílica y a veces recurriendo a la tinta. Los materiales que empleo como soporte siempre varían, dependiendo de la técnica que elija, pero en todas las obras intento recrear una ilusión de luz y de transparencia que se inspira en el arte de los vitrales de colores.
Tu carrera cambió por completo en los años 90, cuando tomaste la decisión de crear piezas para exponerlas en galerías. ¿Cómo afrontaste este cambio de mentalidad?
En ningún caso fue un cambio rotundo, sino que las cosas evolucionaron de manera gradual con el paso de los años. La gente empezaba a apreciar mis obras y entonces decidí que era un buen momento para organizar varias exposiciones e intentar vender algunas piezas. Mi proceso creativo no se ha modificado, pero sí que he aprendido a moverme mejor dentro de las reglas de mi profesión, puesto que mi carrera se inició en 1992 y ya llevo más de dos décadas pintando en lienzos. Por lo que respecta a la idea de integridad artística, nunca he tenido que soportar críticas por el hecho de haber introducido el arte urbano en las galerías, sino todo lo contrario. Sinceramente, creo que un artista no depende del lugar ni del soporte que elije para expresarse.
En algunos de tus lienzos aparecen personajes muy vinculados al movimiento por los derechos civiles y al Black Power. ¿Crees que la sociedad aún recuerda el sueño de Martin Luther King o de Nelson Mandela?
Por supuesto. Esta serie que comentas se titula Black Stars y la realicé en el año 2010, con la idea de ofrecer mi visión personal sobre varios personajes muy relevantes de la cultura negra. Evidentemente, algunos son más conocidos que otros, pero todos comparten los mismos ideales y han dejado una huella imborrable en el imaginario colectivo gracias a su talento, a su genialidad y a sus grandes actos. No tengo ninguna duda de que las ideas que defendía Martin Luther King siguen vigentes, puesto que los sueños están hechos para vivirlos.
Es evidente que la música se ha convertido en una parte esencial de tu obra. ¿Qué géneros te inspiran para dibujar o decorar un muro? ¿Te has planteado alguna vez mezclar arte y música?
La música me acompaña a todas horas del día y es un elemento imprescindible para marcar un buen ritmo de trabajo, eso sí, siempre debe estar acorde con mi estado de ánimo. Puedo pasar del jazz al soul o del reggae a la música clásica sin ningún tipo de problema. En los últimos años he creado varias portadas de álbumes y he sido capaz de combinar mi afición por la música con el mundo del arte. Por ejemplo, en 2007 colaboré con un buen amigo en una animación titulada Ghetto, que se convirtió en mi primer videoclip.
Recientemente se ha celebrado el vigesimoquinto aniversario de la película Haz lo que debas de Spike Lee y decidiste rendirle tributo con unas cuentas obras. ¿Cuál es la magia de este filme y por qué te apasiona tanto?
Decidí rendir homenaje a esta película tan emblemática en mi última exposición, que se celebró en la galería Jacques De Vos de París. Se trata de una serie en la que recreo unas cuantas escenas icónicas de Haz lo que debas, al mismo tiempo que incorporo algunos personajes surgidos de mi propia imaginación. Tuve la oportunidad de ver este filme en el cine cuando se estrenó en 1989 y entonces viví muy de cerca todo el revuelo que se creó a su alrededor por el tema racial. En seguida se convirtió en un clásico moderno y todavía hoy es un título de referencia que la gente admira. Además, gracias a ella descubrí la magia de las zapatillas, aunque no me atraen las Nike Air Jordan. Prefiero las Reebok o las Converse.
Por curiosidad, ¿echas de menos la libertad de salir a la calle y pintar en los muros como hacías en tus inicios?
Se trata de una práctica muy relajante y es la manera que tengo de alejarme de las presiones del día a día. Todavía pinto en la calle cuando voy a Guadalupe, la isla del Caribe, puesto que hago un viaje cada año y aprovecho para reunirme con varios amigos, algunos que vienen de fuera y otros que viven siempre allí. Tenemos establecido que nos encontramos una vez al año y entonces pasamos un mes entero pintando grafitis y creando obras totalmente libres. Puede que el arte no tenga la capacidad de cambiar el mundo de manera inmediata, pero sí que ayuda a transmitir mensajes y a establecer puentes entre las personas.
Para cerrar la entrevista más allá de las exposiciones en galerías, ¿te has planteado alguna vez adentrarte en el mundo de la publicidad o colaborar con marcas afines a tus ideas?
Empecé a trabajar con varias marcas hace una década. Por ejemplo, mis primeros encargos comerciales fueron diseñar gráficos de tablas de skate e ilustraciones para una colección de camisetas de Agnes B, además de mochilas customizadas para Eastpak y una obra muy ambiciosa para la Copa del Mundo de Fútbol de Suráfrica de 2010 que me encargó directamente la FIFA. Recientemente he colaborado con marcas como Wrung y En’s Wear, sin olvidar que tengo pendientes otros proyectos que saldrán a la luz en breve. Aunque ahora estoy plenamente concentrado en preparar mi próxima exposición, que espero que esté lista para celebrarse en septiembre del año que viene.  Texto: David Moreu

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