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Encuestas sectoriales


Parece que hay una obsesión con las encuestas sectoriales. Da igual quién las haga, sea una asociación profesional, un ente dependiente de una Cámara de Comercio o un particular, un estudiante o un departamento de alguna escuela o universidad… todas coinciden. No en los resultados, sino en la demostración de una verdad como un templo: los resultados siempre son esperpénticos. Publicado en Visual 179

Objetivamente, estos estudios no son ni buenos ni malos. Se corre el riesgo de que quien los realiza sesgue los resultados para acercarlos a sus intereses… no hay que pensar que eso suceda, y sin embargo los resultados son muchas veces llamativos, cuando menos. Pero preferimos agarrarnos a la máxima de Robert Heinlein (Lógica del Imperio, 1941) cuando escribió aquello de “no atribuyas a la villanía condiciones que resultan simplemente de la estupidez”.
Otra cosa es que si las encuestas producen resultados incongruentes y erróneos, estos puedan ser torticeramente usados por otros. Que eso sí sucede.
Es difícil argumentar que unos datos no coinciden con la realidad. Sería necesario para ello realizar otro estudio, un contraestudio, que demostrara los errores del primero. Y siempre podría realizarse un tercer estudio… no merece la pena.
Con la mejor intención, no cabe duda, la Asociación de Ilustradores de Madrid APIM ha realizado una de estas encuestas y ha dado a conocer los resultados. Ha provocado cierto revuelo. Veamos algunos datos:
La media de ingresos de los profesionales de la ilustración entre 20 y 30 años es de 7.927€. Esta cifra se reduce a 4.200€ para ilustradores de menos de 20 años. No es la cifra menor, es la media. Son ingresos brutos, no beneficios. Cuesta creer que estemos hablando de un sector profesional.
El 44% de los ilustradores no cotiza a la seguridad social. ¿Perdón?
El 26% de los ilustradores profesionales llevan dos años o menos de actividad. El porcentaje es del 52% si ampliamos a cinco o menos años de actividad. Según la encuesta estamos ante un sector que duplica su oferta cada cinco años, eso sí es una burbuja.
Podríamos seguir. Queremos insistir, no se trata de cuestionar los datos de esta encuesta –cada cual le dará la credibilidad que quiera– sino de poner en duda la utilidad, la conveniencia y la metodología, y por tanto los resultados, de todas estas encuestas. A favor, hay que decir que la APIM se ha lanzado a la aventura en solitario, y sin duda será un punto de partida para el debate interno. Mucho peor es cuando estas encuestas se hacen de a mano de organismos públicos, dándoles un viso de credibilidad y rigor que no tienen.

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