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La trampa sobre las falsificaciones


Vaya por delante que estoy en contra de las falsificaciones de productos y marcas, como no puede ser de otro modo. Deben ser denunciadas y perseguidas. Esto no es incompatible con mi total desacuerdo y enfado con las políticas y actitudes que mantienen tanto el Ministerio de Industria como las fuerzas de seguridad. Trataré de explicarlo.
Las falsificaciones son delitos que causan un perjuicio económico a “las marcas”, ese eufemismo tras el que se esconden grandes empresas, multinacionales en su mayoría. A mí me gustaría que esas empresas, con todo su poderío defendieran sus intereses. Igual que hacemos todos cuando la compañía de la luz nos cuela una lectura inflada, o el banco nos mete un producto tóxico en la hipoteca o nos cobra cosas de manera ilegal. O cuando el vecino levanta sin avisar un tabique e incorpora a su vivienda un trozo del rellano de la escalera. Ponemos una denuncia, nos pagamos si podemos nuestro abogado, procurador, peritajes, tasas…
Pero no. Lo de las falsificaciones parece que es un problema de Estado. Tanto el Ministerio como la policía dedica recursos humanos y económicos a perseguirlo de oficio, sin escatimar: brigadas especiales y operativos costosísimos, departamentos y negociados… a mí no me parece bien. Sobretodo porque ese mismo Ministerio no mueve un dedo cuando la falsificación es de propiedad intelectual. Las mismas “marcas” que se benefician de todo ese despliegue que pagamos los demás, con frecuencia pillan ilustraciones y diseños de mindundis como tú y como yo, pero eso no parece ser un problema que les preocupe. Al fin y al cabo esas empresas son marcaespaña, dinamizadores de la economía, padres de la exportación patria.
En esta estrategia, no dudan en manipular la información y generar una opinión falsa, procurando convencer de que el problema es mucho mayor de lo que es, y alimentan una alarma injustificada con un tremendismo de brocha gorda que les funciona. No es raro ver que en sus perfiles en redes asocian las falsificaciones –en realidad, las copias, que no es lo mismo, pero falsificaciones suena más dramático– con el tráfico de drogas, armas y personas. Por no hablar de las exageraciones y falsedades en las cifras. En la imagen que acomapaña a este texto puede verse un ejemplo, es siempre así.
Pero veamos antes la diferencia entre copias y falsificaciones. La falsificación es aquello que se imita con la intención de hacerlo pasar por verdadero. Sería, por ejemplo, un reloj fielmente fabricado para asemejarse al original y que se vende en establecimientos parecidos y con un precio similar. La copia, en cambio, no precisa de esa simulación de autenticidad ni hacerse pasar por el original, sino que se beneficia del parecido formal con una calidad menor para venderse a precios muchísimo más bajos, en redes de distribución distintas a los originales. Por ejemplo, las camisetas del Barça que podemos comprar a 15 euros en cualquier mercadillo. Pero policía y Ministerio nunca usan la palabra copia, siempre usan falsificación. No es sólo una cuestión de terminología. Esa falsedad les sirve para desproporcionar hasta el ridículo las cifras. Y vayamos, ahora sí, al ejemplo que ilustra este artículo.
Se habla de artículos de moda y deportivos de marca falsificados por valor de 547.000€. 650 bolsos, 207 carteras y 522 chapas. 1.379 elementos que valoran en 397€ cada uno. Yo no sé a qué mercadillos van estos señores. Atenta contra el sentido común pensar que las zapatillas copia que compras por dieciocho euros causan un perjuicio de cuatrocientos a la marca original. Que no lo digo yo, que es la misma noticia elaborada con la información que les facilitan la que dice que eran productos que se ofertaban a precios muy asequibles… y así es siempre.
Ya sé que escribir esto no sirve de nada, pero quería darme el gusto. Seguiremos dedicando recursos públicos a defender los intereses de las grandes empresas, cruzando los dedos para que no seamos nosotros a quienes estas uw otras nos fusilen nuestro trabajo y se pongan a venderlo reproducido por todo el mundo. Porque en ese caso ya sabemos que vamos a estar solos. Nos dicen que llueve… Publicado en Visual 188

Texto: Alvaro Sobrino

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