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Vietnam Zippos. El horror a través de un mechero


Visto en perspectiva, la guerra de Vietnam (1964 – 1973) se convirtió en el primer conflicto bélico de la era pop y los referentes visuales que han perdurado en el imaginario colectivo nos remiten a los helicópteros yanquis que escupían rock n’ roll para asustar al ejército norvietnamita, al LSD que tomaban los soldados en medio de la jungla y al hecho de que muchos de ellos eran surfistas que habían cambiado las tablas y el sol de California por el fusil y la lluvia del monzón, como se mostraba en “Apocalypse Now”. Sin embargo, esta visión tan psicodélica responde más a la mentalidad imperialista de occidente y al glamour trasnochado de Hollywood que a la realidad que vivieron los jóvenes de ambos bandos en el sureste asiático. Con la voluntad de romper estereotipos y dar voz a todos los protagonistas de esta contienda, la periodista Sherry Buchanan fundó la editorial Asia Ink y uno de sus libros más sorprendentes se centra en la iconografía de los Zippos que llevaban los Marines norteamericanos como talismanes, pero que dejaron atrás como una carga de conciencia al regresar a su país. Hemos entrevistado a esta editora especializada en viajes para conocer las historias que esconden estos mecheros legendarios y el reto de publicar obras que cuestionan todo aquello que los políticos dan por sentado. Porque reflexionar sobre el horror es la mejor manera de evitar que vuelva a suceder. Publicado en Visual 180


zippo

Te propongo remontarnos a los inicios de tu carrera profesional. ¿Podrías explicarnos cuál es tu experiencia como editora y qué objetivo tenías al fundar la editorial Asia Ink?
Trabajé como editora y columnista para el Wall Street Journal y el International Herald Tribune en Nueva York, Bruselas, París, Londres y Hong Kong. En 2002 fundé Asia Ink para publicar libros de arte, documentos visuales y diarios relacionados con la guerra de Vietnam, con el objetivo de ayudar a entender mejor la historia contemporánea desde diversas perspectivas. Esta idea ha ido ampliándose y hoy también incluimos proyectos de otros países. Mi enfoque como editora es muy periodístico y me encanta encontrar temas que permitan descubrir nuevas visiones históricas, culturales y políticas. También creo que la cultura visual está subestimada en el estudio de la historia.
¿Cuándo descubriste la fascinante historia de los Vietnam Zippos y qué te llamó la atención de esos pequeños objetos que habían pertenecido a los Marines norteamericanos?
Mientras trabajaba como periodista en Hong Kong a principios de los años 90, viajé varias veces a Vietnam y descubrí dibujos de guerra del “enemigo”, además de diarios creados por soldados-artistas del Vietcong y del NVA (ejército de Vietnam del norte). Aquellos dibujos tan poéticos aportaban una contranarrativa muy convincente, si tenemos en cuenta que la visión norteamericana y las películas de Hollywood han condicionado por completo la imagen que se tiene de la guerra de Vietnam. Y los Zippos encajaban en esa categoría por razones distintas. Sin dudarlo, tomé la decisión de publicar este libro porque los mecheros contaban una historia visual alternativa de este conflicto bélico desde la perspectiva de los soldados.
¿Qué recuerdos tienes del proceso de creación de este libro y cómo localizaste los mecheros que aparecen fotografiados?
Hans Kemp, socio mío y fotógrafo en Ho Chi Minh, me mandó por mail imágenes de la colección de Zippos de Bradford Edwards. En seguida interpreté esos grabados como una narración cruda, arriesgada y muy poderosa de la experiencia de los soldados. A principios de la década de los 90, ese coleccionista había localizado más de 200 mecheros en Vietnam y en el libro explica el proceso que siguió. Después de seleccionar los que más me interesaban, pasé un año investigando sus gráficos y las historias que había detrás, tanto en Vietnam como en los Estados Unidos. Me encontré con gente, hice entrevistas y visité varios archivos. También trabajé con Misha Anikst para desarrollar el concepto visual y editorial del libro.
¿Qué tipo de gráficos eran más frecuentes en aquellos Zippos? Supongo que los soldados hacían ellos mismos los grabados en las bases militares…
Los Zippos eran un elemento habitual en el equipo de los Marines y se vendían en las tiendas militares. Ten en cuenta que la mayoría de mecheros ya llevaban iconografía bélica. Sin embargo, los que aparecen en el libro se grabaron en pequeños establecimientos en aldeas próximas a las bases norteamericanas. Había unas 200 plantillas donde elegir y siempre podías añadir tu toque personal. Algunos incluso fueron grabados de manera rudimentaria por los propios soldados. Los gráficos abarcan desde emblemas de la contracultura, referencias a las drogas y símbolos de la paz, hasta el puño alzado del Black Power, escenas pornográficas y personajes de dibujos animados como Snoopy.
La Guerra de Vietnam fue el primer conflicto bélico de la era pop porque los soldados norteamericanos formaban parte de la generación del rock n’ roll y de la contracultura…
Sí, me gusta ver estos Zippos como Pop Art porque son objetos cotidianos decorados con mensajes irónicos o kitsch mediante herramientas de reproducción mecánicas. Todos los elementos de la cultura popular están ahí presentes: sexo, drogas, rock n’ roll, Black Power y frases antibelicistas. Sin embargo, lo que más me llamó la atención fueron los símbolos pacifistas. En la conciencia norteamericana todavía se relaciona el movimiento en contra de la guerra de Vietnam con la contracultura… es decir, con los hippies, Jane Fonda y los estudiantes oponiéndose al reclutamiento. Pero también hubo un sentimiento antibelicista dentro del propio ejército norteamericano, sobre todo a partir de 1968. Algunos soldados veían la guerra como inmoral por el asesinato de civiles y otros, simplemente, porque querían regresar a casa. Estos Zippos son el testimonio de esos Marines que simpatizaban con el movimiento pacifista.
Por curiosidad, ¿cuál es el gráfico que más te ha impactado entre todos los que has recopilado?
Durante la investigación, apareció un grabado del que no encontré pistas y tampoco vi otro igual en los mercados vietnamitas. Además, ningún veterano me sirvió de ayuda para aclarar esas dudas. La inscripción decía: “Cuando el poder del amor sea tan fuerte como el amor al poder, entonces habrá paz”. Hay quien la atribuye al Primer Ministro británico William Gladstone (1809-1898) y también a Jimi Hendrix, pero ese texto seguía siendo un misterio. Y la imagen que lo acompañaba era un conejo sujetando su enorme pene erecto con la mano. ¿Un guiño a Bugs Bunny con un giro macabra? Parecía un personaje de cómic con las orejas caídas, aunque, a diferencia de Snoopy, no pude encontrar ninguna relación entre Bugs Bunny y la guerra de Vietnam porque en aquella época ya no estaba de moda.
¿Y no había más referencias a esta imagen en los carteles antibelicistas de la época?
No aparecía ni en los carteles ni en la literatura pacifista. Entonces llegué a la conclusión de que había salido de la imaginación de un soldado después de haber fumado mucha maría. Sin embargo, seguí buscando en Internet hasta que la imagen apareció por fin en la pantalla de mi ordenador. Ese conejo era el logo de una emisora de radio antibelicista que emitía online para las tropas norteamericanas en Iraq y Afganistán. El presentador era un sargento de las fuerzas aéreas veterano de Vietnam que se hacía llamar Dave Rabbit. Después me enteré de que en 1971 había montado una emisora de radio pirata antibelicista conocida como Radio First Termer, que emitía desde un burdel en Saigón. En 2006 actualizó la emisora al mundo digital y mantuvo su identidad en secreto durante cuatro décadas. El mensaje que lanzaba era simple, pero con mucha fuerza: estar en contra de la guerra no significa faltar al respeto de los soldados o ser antipatriota.
Entre las típicas imágenes de rock n’ roll, sexo, drogas, religión y cultura pop, también encontramos un capítulo entero dedicado al surf…
La playa de China Beach era uno de los dos destinos de R&R (rest and recreation) dentro de Vietnam para los Marines norteamericanos. Además, podían optar a una salida anual a otras ciudades para descansar durante su año de servicio, siendo Bangkok, Kuala Lumpur, Singapur, Taipéi, Hong Kong, Tokio y Sídney las más habituales. Estas salidas casi siempre eran un premio a sus respectivas unidades de combate y allí se organizaban actividades deportivas o se abrían clubes de surf. Por otro lado, los soldados del Vietcong iban a la ciudad de Vung Tau, en el Delta del Mekong, para alejarse de la guerra.
Aquellos Zippos no sólo eran “talismanes” para los soldados, sino que también se convirtieron en armas mortíferas en las misiones Search-and-Destroy. ¿Qué descubriste sobre este tema?
Estas misiones pasaron a ser operaciones oficiales de la estrategia norteamericana a partir de 1965. El periodista Morley Safer sacó el tema a la luz en agosto de ese mismo año, cuando trabajaba como corresponsal para la cadena de televisión CBS News, y las noticias de la noche lanzaron la noticia mostrando imágenes de los Marines quemando pueblos enteros con sus Zippos. Safer explicó que las misiones Search-and-Destroy eran realmente operaciones de destrucción encubiertas porque los Marines sabían que en esos lugares sólo había personas mayores, mujeres y bebés. Pero igualmente disparaban e incendiaban las casas.
De hecho, ésta fue la primera guerra de la historia retransmitida en directo por radio y televisión…
Esa noticia cambió la manera de cubrir la información en el frente y marcó el inicio de la división entre los políticos, los medios liberales y el movimiento antibelicista. Todavía hay controversia sobre si las misiones Search-and-Destroy buscaban el asesinato masivo de civiles o si las imágenes que emitió la televisión en 1965 fueron un caso aislado de salvajismo. Estudios recientes argumentan que los mandos militares condenaron el asesinato de vietnamitas inocentes, pero el gobierno de los Estados Unidos aún no ha asumido su responsabilidad por las enfermedades ni las malformaciones congénitas causadas por el Agente Naranja, sin olvidar la matanza de civiles. Recientemente, el gobierno norteamericano ha contribuido indirectamente a la desactivación de minas sin estallar.
Después de tu investigación, ¿sabes si hubo algún artista norteamericano o vietnamita que se hiciera famoso tras su participación en la guerra?
Hubo un programa artístico promovido por el ejército norteamericano durante los primeros años de la guerra, aunque duró muy poco. Por el lado de los Estados Unidos, este conflicto bélico estuvo marcado por la presencia de fotógrafos. Por el lado del Vietcong, sí que había artistas oficiales incorporados en las tropas. Los Vietnam Zippos que aparecen en el libro se localizaron a principios de la década de los 90, pero unos años después los vendedores ambulantes locales se dieron cuenta de que eran objetos de coleccionista y aparecieron copias con el mismo tipo de gráficos. Conocí a muchos coleccionistas durante mi investigación, sin embargo, no he seguido los precios ni las subastas.
Por último, ¿qué puedes avanzarnos sobre los futuros proyectos de tu editorial?
Espero seguir llamando la atención sobre la enorme brecha que aún existe entre la propaganda oficial norteamericana dirigida a hacer del mundo una democracia más segura y el impacto real que sus acciones militares tienen sobre la población civil, desde muertes y desplazamientos, hasta la destrucción de recursos naturales. Actualmente estoy preparando un libro sobre Vietnam que publicará University of Chicago Press en 2017. También he hecho de comisaria en varias exposiciones sobre arte bélico vietnamita en el British Museum, Asia House y el Fine Arts Museum de Hanoi. Lo que he aprendido a lo largo de mi carrera y también gracias a mis viajes a ese país se resume con la frase: “¡No más guerra!”

Texto: David Moreu
Fotografías de Zippos: Misha Anikst (colección originalmente propiedad de Bradford Edwards).
© 2016 Asia Ink and Visionary World, Courtesy Asia Ink. Web: http://asiainkbooks.com

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