MAGAZINE DE DISEÑO, CREATIVIDAD GRÁFICA Y COMUNICACIÓN

Apple is bad (otra vez)


El proyecto de Unión Europea es renqueante desde el prinicipio, y se nos antoja que hay dos motivos. El primero, respondería a que se renunció a que la seguridad y el ejército fueran únicos. Ello hubiera supuesto un ahorro, y un billete sin vuelta atrás. El segundo, que cada país mantiene no solo su propio sistema fiscal de recaudación, sobretodo unos desequilibrios entre ellos que suponen que los países compitan entre sí. Ambos motivos tienen en común que benefician a las empresas en detrimento de las arcas públicas y por tanto, de los europeos de a pie. ¿A quién interesa que no exista un ejército único con el ahorro que ello supondría? ¿A quién veintiocho físcos compitiendo entre sí con capacidad de negociar para arrimar a su terreno fábricas y volúmenes de negocio? Una subasta vergonzante. Irlanda, no Apple, va a recurrir la decisión de la Comisión Europea que le exige que recupere 13.000 millones de euros más intereses de Apple por impuestos no pagados entre 2003 y 2014. Que un país de la Europa común recurra sus decisiones, cuando éstas le benefician en detrimento de una multinacional nos da una idea del despropósito. Cuando se decidió que desaparecerían los aranceles y se facilitaría el comercio, en realidad se estaba abriendo el mercado de los no-impuestos. El modelo les ha funcionado, el siguiente paso es hacerlo más grande y se llama TTIP.
Cuando comprábamos un ordenador de Apple y la factura nos llegaba de Irlanda podía molestarnos, pero dábamos por bueno que esto es Europa y las empresas eligen donde pagan sus impuestos. Pero creíamos que respondía a la diferencia del impuesto de sociedades, el porcentaje de los beneficios que una empresa debe pagar. Ahora sabemos que no es así. Hemos aprendido lo que es un tax ruling, un acuerdo fiscal entre un Estado y una empresa, en el que se establece qué impuestos va a pagar y cómo. Y que son perfectamente legales dentro de la UE. Es la potestad del Estado para decidir quién paga y quién no. Y claro, nos vienen a la cabeza los grandes clubes de fútbol, algunas constructoras, las empresas del IBEX que tributan de media a un 6%, El Corte Inglés que no paga ni un euro de impuesto de sociedades desde hace cinco años… tampoco pagan lo que deberían las tecnológicas ni las empresas de comercio electrónico.
Esta es una guerra económica. Y la vamos perdiendo. Y esta es una revista de diseño, se nos acusará de que este espacio debería dedicarse a eso y no meterse en según qué jardines. No es así. Para darse cuenta, bastará que el lector mire a su alrededor en su estudio, en su casa, en su bolsillo, y cuente cuántas manzanas hay.

Publicado en Visual 182

Plausive