MAGAZINE DE DISEÑO, CREATIVIDAD GRÁFICA Y COMUNICACIÓN

De La Noria y sus anunciantes


Posiblemente conozca el lector la secuencia de los hechos: un programa de Tele5 paga por dejarse entrevistar a la madre de “el Cuco”, condenado por encubrimiento en el asesinato de una adolescente. El periodista Pablo Herreros, a través de su blog, inicia una campaña para boicotear los productos de las marcas que dieron soporte con su publicidad a la emisión de la entrevista. La campaña se convierte en un fenómeno de masas, replicándose en redes sociales, con una recogida de firmas online que acumula ya veinticincomil adhesiones… Finalmente, ante la presión mediática, empresas como Campofrío, Bayer, Puleva, Nestlé o Milner deciden retirar su publicidad del programa. Publicado en Visual 153

No es la primera vez que en la historia de la televisión se produce un desencuentro con los anunciantes a cuenta de los contenidos de la programación, pero la repercusión que el caso ha tenido puede acarrear alguna consecuencia en el futuro. Por un lado, los ciudadanos pueden ahora con mucha facilidad presionar o tratar de influir en el comportamiento de las empresas y las marcas. Es ya una constante esas recogidas de firmas y los comportamientos virales en redes sociales por parte de los usuarios, y algunas empresas lo han sufrido muy directamente (sin ir más lejos, está reciente el caso de Moleskine que se relata en esta misma revista). Menos habitual es que los usuarios utilicen a las marcas para presionar a los medios de comunicación –menos influenciables– ante determinados contenidos, y este es realmente el primer caso que se recuerda en que, ante la presión de los consumidores, las compañías ceden a la petición de boicotear a los medios, publicitariamente hablando.
Es pronto para saber si estamos ante unas reglas del juego nuevas. Pero en principio no debe parecernos mal, que los ciudadanos articulen y utilicen mecanismos de control tanto a las empresas como a los medios de comunicación. Están en su derecho, máxime cuando no se caracteriza la publicidad ni las distintas técnicas comerciales empleadas por esas mismas marcas por su exquisito trato y respeto a la intimidad de los ciudadanos; antes al contrario, con la connivencia de legisladores y los órganos de la administración pertinentes, bien se exceden en las intromisiones en la intimidad –el telemarketing sería un ejemplo, que no el único–, cuando no plantean las relaciones con sus clientes como auténticas carreras de obstáculos: los bancos o las empresas de comunicaciones, sin ir más lejos.
Es evidente que las redes sociales han facilitado que cosas como estas sucedan y es previsible que sean cada vez más frecuentes, pero dejarlo ahí sería un análisis incompleto. Acaso no tenga esto que ver con los cambios que a nivel social se están produciendo en todo el mundo: si la política ha encontrado una respuesta enérgica y participativa en los ciudadanos en la manera de ser gobernados, cabe esperar que esa capacidad de hacerse oír y cambiar las cosas no quede reducida al ámbito político, y se extienda a otros escenarios. Y siendo así, el de las marcas y las empresas tiene todos los números para ser el siguiente.

Have any Question or Comment?

2 comments on “De La Noria y sus anunciantes

La verdad es que viéndolo como profesional del sector del diseño y la publicidad… momentos como ese… son oportunidades para marcas de segundo nivel, e indirectamente para dar un minuto de gloria a otras agencias jóvenes.

There is certainly a great deal to find out about this topic.
I really like all the points you have made.

Comments are closed.

Plausive