MAGAZINE DE DISEÑO, CREATIVIDAD GRÁFICA Y COMUNICACIÓN

De por qué los concursos de diseño son un mal negocio para los que se presentan, y muy bueno para quienes los convocan


Podrían coleccionarse los argumentos para defender los concursos de diseño: que si son una gran oportunidad para los estudiantes y los diseñadores más jóvenes, que si la dotación (en ocasiones) es mayor que lo que se pagaría a un diseñador si se tratara de un encargo…
Los concursos son un negocio solo para el que los convoca, a partir del trabajo gratis de los que participan. Las expectativas de ganar son absurdas. A la simple estadística hay que añadir que los jurados son una caja de sorpresas que se rige por argumentos subjetivos, cuando no directamente peregrinos, y en los que las variables –los intereses del pagano, la estulticia de algún miembro del jurado que distorsiona la opinión del resto…– pueden llevar el resultado a lugares sorprendentes.


En la búsqueda de argumentos que avalen estas tesis, creemos haber encontrado uno que no hemos utilizado aún. ¿Cuánto cuesta un concurso de diseño? ¿Quién lo paga?
Nos hemos permitido coger, a modo de ejemplo, el que parece que se está convirtiendo en el concurso estrella en nuestro país: el Francisco Mantecón, que organiza Terras Gaudas. 16.000 euros repartidos en tres premios y un accésit, hay que reconocer que está bien dotado.
Quiera el lector imaginar las cuentas en lo restante: convocar y agasajar a un jurado de popes del diseño que se dejan querer (¿cobran por ello?, no lo sabemos, esperemos que sí), logística, una comunicación bien planteada, exposición posterior, entrega de premios por todo lo alto… ponga usted la cifra que desee. Hay que reconocer que no escatiman en gasto ni en ruido. Del mismo modo que convendremos en que en ellos recae el beneficio: ni en los diseñadores –más allá de los ganadores– ni en el diseño.
Ahora bien, esos son los costes del organizador. Pero veamos cuáles son los costes reales. Este año se han presentado 2.100 piezas de 54 países. No consta el dato de cuantas de acá y cuantas del extranjero; en la edición anterior superaron el cincuenta por ciento… démoslo por bueno. Mitad y mitad.
Hay que presentar el cartel sobre soporte rígido en 50×70. Hemos buscado en www.papelesespeciales.es y cada cartón pluma cuesta cuatro euros.
También hay que adjuntar el archivo en un CD: Cuesta 0,60 € en www.fnac.es.
Vayamos con el envío. Para los participantes españoles el comparador de precios www.mensajerialowcost.es nos dice que costará unos diez euros, y 39 € para los extranjeros. Saquemos como media 24 € por envío.
Habrá que hacer un plóter, afortunadamente es un coste que ha bajado mucho en los últimos tiempos, en www.zonaplotter.com cuesta doce euros, plastificado y todo.

Recapitulando:
Cartón pluma: 4 € por 2.100 = 8.400 €
Soporte CD: 0,60 € por 2.100 = 1.260 €
Mensajería: 24 € por 2.100 = 50.400 €
Plóter: 12 € por 2.100 = 25.200 €
Lo sumamos todo y nos damos cuenta de que los diseñadores hemos invertido en unos premios a beneficio de la imagen de una compañía la friolera de ochenta y cinco mil doscientos sesenta euros (85.260 €). Sí, catorce millones ciento ochenta y seis mil setenta de las antiguas pesetas.
Por no mencionar el tiempo empleado, podríamos hablar de que, si cada aspirante ha dedicado cuatro horas a su cartel, cobradas a precio de empleo-basura, pongamos diez euros la hora, son cuarenta euros por 2.100 participantes… pero no, mejor no seguimos por ahí, eso sería hacer demagogia. Publicado en Visual 154

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