MAGAZINE DE DISEÑO, CREATIVIDAD GRÁFICA Y COMUNICACIÓN

El Club de Creativas


Uschi Henkes es la nueva presidenta del cdec. La primera noticia es precisamente esa, que es presidenta y no presidente.
Uschi atesora el respeto de esta profesión, ha estado siempre en la defensa de las batallas desde el lado de la razón cuando en la publicidad casi siempre el interés –el que sea, el de quien sea– suele anteponerse.
El Club de Creativos nació con una frescura que la profesión necesitaba. Heredero de la CERDA (Club de España de Redactores y Directores de Arte), fue la consecuencia de que había que darle estructura y entidad a aquel loco movimiento reivindicativo, contrapunto de las asociaciones que siempre estuvieron controladas por la parte menos creativa del negocio.
Al cdec le costó mucho definirse, encontrar su identidad. Sin ser un sindicato parecía claro que nacía para la defensa de los profesionales, pero enseguida se encadenaron presidentes del club que lo eran también de una agencia, algunas de ellas muy grandes y muy multinacionales. Y no todos fueron capaces de convivir con esa esquizofrenia, mucho menos en tiempos en que los intereses de las empresas y sus patronos son tan opuestos a los de los obreros de la creatividad. Hubo muchas críticas, disidencias, enfrentamientos. La historia del cdec se parecía cada vez más a la granja de Orwell. Hubo momentos tensos, y en el proceso se aprendió de los errores. Aquella tensión dio paso con el tiempo a la calma, pero se dilapidó buena parte del entusiasmo de los primeros años. El cdec es la parte más festiva del establishment, pero establishment al fin. Quienes quisieron soñar que podía ser la herramienta para contrarrestar el poder del negocio frente a las personas, pronto se dieron cuenta de que no iba a ser así.
Han pasado los años. El club de los profesionales ha mantenido y reivindicado la creatividad como eje vertebrador de una profesión que se centró tanto en el negocio que se olvidó de que las ideas son el negocio.
La llegada de Uschi es una tormenta de aire fresco. Por un lado, todos sabemos que no es de las que se calla, que antepone lo que cree que hay que defender a lo que se pueda perder en esa defensa.
Uschi ha hecho pública una carta de intenciones. No tiene desperdicio, pero nos quedamos con estos dos párrafos:
“Me gustaría sugerir dos cosas. Igual de importantes ambas.
La primera, el apoyo a los más jóvenes. Porque son los que más sufren las consecuencias de un mercado tan vulnerable como el nuestro. Pido desde ya, por favor, no permitir la “remuneración 0” para nuestros trainees. No podemos dar por bueno el trabajo gratis, nunca. Es una cuestión de respeto y de seriedad profesional.
Y la segunda, un tema que me gustaría que lo apoyaseis al máximo: las mujeres creativas. Porque con todos los problemas que tenemos todos, la mujer tiene además problemas añadidos. Desde aquí pido y exijo, por favor, buscar la igualdad en todos los sentidos, y siempre. Sin demora y sin comillas. Somos iguales y, además, tenemos que serlo”.
Queda claro: el cdec es hoy más que nunca de los profesionales, defiende los intereses de los profesionales y no va a tener problemas en hacerlo frente a quien sea. No es el club de las agencias. No es el club de los anunciantes. Ni el de los dueños del negocio. Y no había mejor manera de recordarlo que reivindicando dos eslabones de la cadena que necesitan ser cuidados, el de las mujeres creativas y el de los más jóvenes. O al menos, nosotros lo interpretamos así. Y nos alegramos. Publicado en Visual 187

Plausive