El diseño, de medio a mediador es el título del documento que ha desarrollado Oscar Guayabero, con la colaboración de Jordi Blasi, Mireia González, Esther Rico y Bernat Sanromá. No se ha teorizado apenas sobre lo que la pandemia que estamos viviendo va a suponer en el terreno específico del diseño. Es una constante, lo vemos todos los días en los informativos. Sirve para la hostelería, la cultura, el comercio, cualquier sector. Todos actuamos como si esto fuera un paréntesis, que hay que aguantar hasta volver a lo que teníamos, sin ver que quizá esto está siendo tan difícil porque veníamos de donde veníamos.
En tanto que teórico del diseño –no estoy seguro de que le guste que se lo llamemos, pero lo es– Óscar Guayabero es un ejemplar extraño. Tenemos grandes estudiosos de la historia reciente del diseño y de su evolución. Eso está bien. En otro grupo, encontramos a los que aventuran el futuro inmediato del diseño, normalmente desde la perspectiva del marketing, tratando de encajarlo en los modelos de comunicación empresarial que evolucionan vertiginosamente, en una carrera desenfrenada por no llegar tarde. Cada vez que cambia la tendencia en la distribución y el acceso a los bienes y productos, o se cuestionan unos medios, soportes o hábitos, parecería que hay que replantear todo. En cambio, en el caso de Guayabero, y eso le hace distinto, siempre parte de lo que ha sido para llevarnos a lo que debería ser y a lo que será, que casi nunca coinciden. Esa reflexión a partir de lo anterior y hacia un mejor mundo de la mano del diseño produce un ápice de ternura, pero las argumentaciones son siempre tan sólidas que hasta es capaz de que podamos albergar alguna esperanza. Habrá quien dirá que nos ciega el deseo de que tenga razón.
Volvamos al documento. La primera buena noticia es que es de acceso libre: nosotros nos lo hemos descargado de la web de la Escuela Superior de Diseño de Barcelona, que es quien ha impulsado este trabajo. Esto es importante cuando de lo que se trata es de cambiar la percepción del diseño y su papel en la realidad, el argumento tiene que ser difundido. Digamos que estamos ante un manifiesto de cincuenta y siete páginas, y los manifiestos siempre fueron hechos para su alcance y conocimiento.
Es un repaso a la economía y la sociedad cuestionando aspectos que desgraciadamente no se cuestionan. Y solo a partir de esa realidad, se incorpora el diseño como elemento intrínseco y detonante. Podríamos decir que frente a quienes insisten en que el diseño es una herramienta del marketing, la propuesta es que es una herramienta del mundo y su transformación. Sea hablando de urbanismo y ciudades, educación, energía y recursos, la conclusión es la misma. El diseño puede equilibrar aspectos desestabilizadores y aportar sentido común. Y ese discurso que el autor lleva años desarrollando, esta vez lo incorpora a la realidad de la pandemia. ¿Realmente esta realidad ha generado nuevos problemas, o solo los ha acrecentado? ¿ha sido solo un acelerador de un proceso que iba a ser lento pero inevitable? Dice Guayabero que “este nuevo escenario abre la puerta a una mejor relación entre diseño y bien común. El bien común va a ser una de las premisas imprescindibles para cualquier decisión, también en diseño”. Y así el diseño en tanto que “medio” ofrecía recursos y metodología para la consecución de unos fines. Ahora, en tanto que mediador, el diseño pone en relación a dos partes, creando un entorno donde esa relación sucede satisfactoriamente.
Háganse un favor. Descarguen y lean este texto. Es posible que ni siquiera estén de acuerdo con muchas de las cosas que dice, pero la mera confrontación con sus ideas afianzará los matices que necesariamente vamos a necesitar para salir de este lío. (PUBLICADO EN VISUAL 205)