MAGAZINE DE DISEÑO, CREATIVIDAD GRÁFICA Y COMUNICACIÓN

El futuro ya pasó


03_Tucker_TorpedoEn la segunda entrega de Regreso al futuro, los protagonistas de esta popular trilogía cinematográfica utilizaban un DeLorean tuneado para viajar desde los años ochenta hasta nuestros días, concretamente a uno, el 21 de octubre de 2015. Esta circunstancia no ha pasado inadvertida sino todo lo contrario, se hizo viral en esas fechas suscitando reportajes periodísticos y memes en las redes sociales donde se trataba de discernir si la película supo anticipar los adelantos tecnológicos de nuestra época. Aparentemente no, en 2015 todavía tenemos que hacernos el cordón de los zapatos, la realidad virtual no nos asalta por la calle desde la cartelera de los cines y los monopatines actuales siguen llevando ruedas; si bien hay que reconocer que todos esos artilugios están inventados, nuestro mundo no se caracteriza por esas moderneces sino por otras aún más prodigiosas, difíciles de intuir en los ochenta ya que surgieron de los progresos en campos como la conectividad y las telecomunicaciones vía satélite, que todavía estaban en mantillas. Publicado en Visual 177



El viaje en el tiempo de Doc Brown y Marty MacFly lo hemos realizado también los espectadores. Lo que en la ficción cinematográfica les llevó apenas unos instantes de acción trepidante, nosotros lo hicimos a nuestro ritmo en la forma tradicional, cumpliendo 30 años y simplemente envejeciendo… Pero lo hicimos ¡Eureka! logramos plantarnos en 2015. Mentalizados como estábamos de que esa fecha era el futuro, la mayoría ha comprado la idea que nos sugirieron diversos comunicadores: Future Is Now. Pero los que tenemos problemas con el inglés no estamos para sofisticaciones de ese tipo. No. Now is Present, Future is Later, this is my pencil y my tailor is rich. Aún admitiendo que la viralidad nos haya contagiado, VISUAL ha rizado el rizo: como que Octubre quedó atrás el futuro ya pasó. A ver quién es el guapo que lo supera.
En lo que concierne al diseño gráfico, es obvio que experimenta una revolución permanente debido a la informática con todo lo bueno y lo malo que esto conlleva. La autoedición nos deparó una época de cartelería casera pergeñada por el usuario en su PC, perfectamente Marty podía haber ido a parar a un futuro en que los comercios se anunciaran de forma chapucera, la película se desarrollaría en calles con rótulos luminosos llenos de estiramientos, deformaciones y efectos de texto caprichosos pero algo grave debió sucederle a aquellos empresarios que pensaron que podían valer los diseños que le hacía su cuñado con el Corel Draw porque lo cierto es que no, una empresa que no cuida su imagen corporativa parece una empresa toda ella mal cuidada y es más difícil que prospere. Lo que vemos proliferar de un tiempo a esta parte son comercios bien planificados, con nombres acordes a los artículos que venden y una estética coherente, son los negocios franquiciados; de pretender convencer a los diseñadores de que el que paga manda y el cliente siempre tiene la razón se ha pasado al polo opuesto, ahora los emprendedores montan sus negocios sin tomar ninguna decisión, los compran como son. Naturalmente las franquicias que regentan fueron diseñadas por profesionales que no han tenido que plegarse a sus caprichos. Un diseñador es un creativo con sentido práctico, sin su valiosa aportación todas las ciudades tendrán en el futuro la misma apariencia, con los mismos comercios franquiciados en el centro urbano, completamente desligados de la producción y la iniciativa autóctona; la esperanza es que la saturación de este mercado lleve a los jóvenes empresarios a buscar su propia línea con profesionales de su entorno.
Un escritor de ciencia-ficción tiene difícil la predicción, seguramente crea que la tipografía será cada vez más vanguardista y tecnológica sin tener en cuenta las fluctuaciones del oficio, ¿Cómo podrá suponer que volverán a llevarse formas que están pasadas de moda cuando él trata de imaginar un mundo futurista? Precisamente en 2015 se ha dado un súbito retorno a la caligrafía manual. Aquí vemos algunos ejemplos, la agencia de publicidad Adam & Eve DDB, encargó al dibujante Pastiche una colección de carteles con estética de cómic, las ilustraciones obtuvieron notoriedad al ser nominadas para un premio en Cannes y dotan de sentido a nuestro paradójico titular ya que es un trabajo actual que podría perfectamente haber sido realizado hace 30 años o más. Otro caso en que podríamos decir que el futuro ya pasó es la publicidad de WMF, una línea de mondadores específicos para pelar distintas frutas y hortalizas. En estos anuncios parece que la agencia haya hecho propaganda de sí misma por el empleo de la palabra “arte” en el eslogan y porque el producto y la marca quedan minimizados por la espectacular realización de una idea que era muy habitual en los tubos de dentífrico, cremas y salsas del pasado. La caligrafía de letras ligadas es una opción que no convence a todos los diseñadores porque su lectura es dificultosa pero tiene valedores que están por encima de cualquier consideración como Thich Nhat Hanh, el moderno Gandhi vietnamita que fue nominado al Premio Nobel de la Paz nada menos que por Martin Luther King. Monje budista comprometido –según su propia definición– es el autor de El Arte de vivir en el presente sí, otro que tal, con su proverbial sabiduría también se las pinta estupendamente para poner títulos profundos a sus escritos. No dudo de la utilidad del libro pero a mí me gustaría que me explicara cómo hay que hacer para no vivir en el presente, yo me considero atascado en él, dejo atrás el pasado y ¿dónde estoy? en el presente. Camino hacia el futuro pero cuando lo alcanzo se me convierte en presente, es muy molesto, el presente es más pegadizo que las canciones de Justin Bieber. Pero a lo que íbamos, entre sus libros también está The Way Out is In, 60 caligrafías suyas impresas sobre papel de arroz, donde el diseño y la filosofía forman un todo que sirve de ayuda visual para alcanzar la paz interior.
Como es normal, para ambientar la película en el futuro no servían los estilos retro ni las recuperaciones nostálgicas, tampoco había un propósito crítico como en la literatura de anticipación, la sociedad que imaginaron era idéntica a la de entonces salvo en algunos progresos tecnológicos que estaban al servicio de los mismos comportamientos. No fue un ejercicio de guión (hablamos de la segunda parte, la primera es brillante) sino que solventaron la papeleta con un despliegue de efectos especiales, mérito exclusivo de la dirección artística que utilizó los métodos más modernos para crear la ilusión de unos avances más modernos todavía. Fue el trabajo de creativos que jugaron a ser creadores, como ese perfil de diseñadores atraídos por experimentar las últimas adquisiciones tecnológicas cuando aún no está muy extendida su utilización. Aquí veremos algunos trabajos en esa línea.
En 2015 la realidad virtual no solo nos permite animar modelados en 3D de apariencia muy realista, como aquel gran escualo que anunciaba el enésimo remake de la saga Tiburón, sino que además es posible interactuar con las figuras y accionar mecanismos virtuales. Un hito memorable ha sido la instalación titulada Beautiful que permitía disfrutar de la tecnología Smart TV a los transeúntes que paseaban por la zona comercial de Londres. La instalación estaba en el interior de un escaparate –dos para ser exactos, ya que había uno en Oxford Street y otro en Sloane Square– donde se exhibía un videowall 3X3 Samsung de alta resolución que se dejaba controlar mediante el gesto, contando además con un innovador sistema de sonido de bafles invisibles, no por pequeños sino por transparentes; la sonoridad surgía del propio cristal del escaparate que llevaba un laminado Feonic instalado por la empresa Orbital Sound. El proyecto lo dirigió TRO Group, una compañía especializada en eventos de marketing experiencial que confió el desarrollo del interface a Inition, expertos en creatividad multimedia. Con la combinación de tecnología punta y diseño de vanguardia se regaló a los peatones una vivencia fantástica que ha abierto nuevas posibilidades en el ramo del Visual Merchandising, que es la especialidad donde los creativos pueden contribuir a optimizar el comercio local desde las vitrinas y escaparates, convenciendo por los ojos para incrementar las ventas. La instalación Beautiful pulverizó los índices que miden el éxito de un escaparate, logrando porcentajes muy elevados en todos los órdenes, tanto en el número de espectadores que lo vieron como en el tiempo que le dedicaron y lo que es más importante, en el incremento de ventas de la nueva generación de televisores inteligentes.
En su viaje a nuestro presente, Marty y Doc tal vez se sorprenderían de las prestaciones de un smartphone, sobre todo cuando el GPS les guiara con la voz, pero seguro que hubieran flipado al ver un gran televisor extraplano con la propuesta “Stand here to make something BEAUTIFUL happen” que les permitiera verse a sí mismos en otra película, accionando múltiples elementos virtuales a tiempo real sin saber muy bien de dónde procede el sonido, viviendo la ilusión de una experiencia futurista completamente verídica sin necesidad de postproducción. Otro logro que les hubiera fascinado es la impresión 3D, un área que parece surgida de la ciencia-ficción pero que ya se utiliza en medicina, arquitectura, ingeniería y la industria de la moda con prestaciones asombrosas. Con decir que se han impreso vértebras y riñones humanos nos damos cuenta de que las posibilidades en este campo invitan a experimentar por uno mismo.
Las impresoras 3D convierten en objeto sólido documentos elaborados por programas de CAD o modelado en volumen aunque cada vez hay más recursos, la última versión de Photoshop CC dispone de un editor de malla que seguramente facilitará la incorporación de muchos diseñadores al espacio tridimensional. Es posible que tenga la misma implantación que el plóter, que no hay uno en cada estudio pero es fácil contratar los servicios de una empresa especializada. La diversidad de materiales susceptibles de ser utilizados como “tinta” hace que los resultados puedan tener distintos grados de consistencia y flexibilidad; en consecuencia, los procesos de fabricación pueden cambiar sensiblemente en un futuro próximo. Dice Francis Bitonti –pionero en el uso de esta tecnología– que “cada vez más, los bienes de consumo serán fabricados cerca de su punto de venta”. Estudiante de arquitectura, Bitonti cambió su orientación para dedicarse a la fabricación de joyas y complementos, su trabajo más conocido lo ha realizado en colaboración con el diseñador de moda Michael Schmidt, que ha vestido a Madonna, Cher y los Black Eyed Peas. El reto era imprimir todo un vestido de alta costura, si es que se le puede llamar así puesto que no lleva una sola puntada. Eligieron como modelo a una musa de la noche neoyorkina de buenas hechuras, escanearon sus sinuosos perfiles y le hicieron un traje de nylon que fue diseñado por Schmidt, modelado en 3D por Bitonti e impreso por la empresa Shapeways, realzando finalmente su valor con 12.000 incrustaciones de cristales Swarovski.
Quien pensaba que su trabajo era un oficio con futuro se habrá dado cuenta de que ese futuro ya pasó, que es lo que estoy tratando de decir, el futuro ya pasó, Future is Happened, no queda más remedio que seguir las enseñanzas de Thich Nhat Hanh y vivir intensamente el presente para no perder comba. Como colofón veremos un diseño atemporal realizado por el estudio de diseño Wedge & Lever para la marca Bitches Brew. Viendo el brand completo –que incluye vino, cerveza y otras bebidas carbónicas– se hace difícil de precisar si se trata de un diseño actual o es una antigua línea de bebedizos patentados por las Brujas de Salem. Lo clásico es lo que tiene. Por la maliciosa falta de ortografía de escribir Witches con B podría ser un producto nacido a principios de los 70 cuando Miles Davis sacó el disco de mismo nombre pero su ramalazo gótico parece indicar que no puede ser anterior a los 80. Confieso que me encantaría probarlo por ese guiño exquisito de llamarse como el álbum más emblemático de la música moderna, aunque eso será imposible porque es un producto que no existe. Merecerían existir brebajes con ese nombre pero no es el caso, se trata de una marca inventada recientemente por los propios Wedge y Lever que, de ese modo, promocionan sus servicios. Para darse a conocer en California eligieron una línea de productos habituales en su entorno y la idea debió funcionar porque trabajan en proyectos divertidos para grupos musicales, locales y servicios turísticos. La propia iniciativa es una buena muestra del arte de vivir en el presente, ahora comprendo mejor a lo que se refería el monje calígrafo al escribir “The Way Out is In”. Es zen. Es guai cuando el propio diseñador crea los mecanismos para hacerse apetecer por los buenos clientes. Texto: Tomás Sainz Rofes

Plausive


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