¿Qué es lo que te llevó a estudiar Arte y cómo fue tu desarrollo profesional en Cuba teniendo en cuenta que muchos sectores, como el comercial o editorial, están regulados por el gobierno y la concurrencia de clientes es menos que en otros mercados?
Desde pequeña supe que estudiaría arte porque siempre quise ser artista. En Cuba no era muy difícil ir a la escuela de arte ya que en cada provincia del país existía al menos una. De todas formas, mi madre tuvo que hacer un poco de investigación alrededor de mi solicitud de inscripción pues nunca me llegó la carta de aceptacion. Resulta que álguien de la administracion había borrado mi nombre de la lista para poner a un familiar que no había ni siquiera pasado por el proceso de pruebas. Por suerte, todos los documentos que probaban mi aceptación estaban intactos y mi madre pudo resolver el problema. Fue una experiencia un poco surrealista, como otras muchas experiencias en la isla. Pero por suerte terminé estudiando arte desde los 12 años hasta los 18, cuando me gradué. Publicado en Visual 167
A pesar de la falta de recursos, mi obsesión con estar creando cosas siempre me ayudó a encontrar medios expresivos. Mientras estudiaba cerámica en Holguín solo teníamos la oportunidad de trabajar con arcilla cruda, pero nunca pudimos hornear las piezas. La curiosidad por ver cómo algunas de mis piezas se verían terminadas era enorme, así que me fui a un lugar cercano donde se producía cerámica industrial e hice amistad con uno de los trabajadores que se ocupaban del horno. Con su ayuda, finalmente pude ver dos de mis cerámicas terminadas. Esto, más o menos ilustra cómo tuve que encontrar alternativas para lograr lo que quería como artista en un país con tantas limitaciones materiales.
Cuando regresaste por segunda vez a La Habana tu trabajo comienza a desarrollarse con más fuerza que nunca. ¿A qué se debió ese momento de tanta actividad? ¿Cómo viviste estos años y qué trabajos fueron los que realizaste?
Lo que realmente me ayudó a desarrollar una carrera en mi segundo regreso a La Habana fueron las conexiones con personas del mundo del arte y la cultura. Yo no era muy sociable en aquellos momentos, pero con la ayuda y guía de mi amiga Debra Evenson (una abogada americana que se convirtió en mi mentora) comencé a conocer artistas y personas muy interesantes. Muchas de estas personas decidieron promocionar mi trabajo y fueron claves en traer visitantes extranjeros a mi estudio, muchos de los cuales terminaban comprando algo. Con esta entrada de dinero finalmente pude comprar pinturas, lienzos, pinceles…, y también pude pagar algunos viajes a otros países.
En aquella epoca trabajaba sobre todo en pintura, pero también dibujo y técnica mixta. En cuanto a visibilidad de lo que hacía, mostré mi obra en diferentes galerías de la capital, y tuve una exposicion de mayor formato en el Centro Wifredo Lam que es la institución que se ocupa de la Bienal de La Habana.
En 2001 dejas Cuba y te instalas en Los Ángeles ¿qué cambios experimentó tu trabajo con esta mudanza?
El cambio de Cuba a Los Ángeles fue intenso. Prácticamente tuve que empezar mi carrera de cero. Mantuve la conexión con algunas galerías con las que trabajaba desde Cuba, pero el sistema que había construido en La Habana basado en visitas a mi estudio desapareció. Mi prioridad, de todas formas, fue aprender inglés, aprender a conducir y entender la nueva cultura. Mis nuevas experiencias tuvieron un impacto en mi trabajo como artista. La primera serie de pinturas fueron oscuras, un poco introvertidas y dramáticas, pero poco a poco los colores cambiaron, así como los temas.
En 2007 empiezas a experimentar con el papel. ¿Qué es lo que te lleva a ello y qué ventajas encuentras en el manipulado y corte de papel como forma de expresión artística?
Mis experimentos con papel comenzaron debido al bichito de la curiosidad. La primera vez que vi algo ingenioso en internet hecho con papel quedé fascinada y con una curiosidad tremenda. Lo primero que hice fue buscar material que enseñara la técnica de cómo construir piezas en papel. Ordené un par de libros sobre Scherenschnitte para tener una idea general acerca de esta técnica. A partir de ahí la mayoría de las cosas que aprendí fueron basadas en el sentido común y mucha práctica. Un vez que me sentí cómoda creando piezas básicas y planas, comencé a expander las posibilidades expresivas creando trabajos en tres dimensiones.
El papel es un material lleno de posibilidades expresivas. La ventaja es que como técnica no ha sido explorada en profundidad al nivel, digamos, de la pintura u otras técnicas aceptadas como clásicas. El papel cortado ha existido desde hace siglos. Se dice que la pieza de papel cortado más antigua que se conserva fue creada en el siglo IV en Xinjiang, China. Pero aún hay un mundo por explorar con este material y esto me mantiene motivada cada día.
Cuando te encargan un trabajo, ¿Cuál es el proceso que sigues para crearlos?
El primer paso es tener una idea clara de lo que el cliente quiere. Luego viene el proceso donde dibujo varios conceptos para discutir con la persona o con el equipo que está comisionando el trabajo. En algunas ocasiones necesito hacer cambios basados en el intercambio de opiniones. Una vez que hemos seleccionado el concepto final entonces comienzo a planear la construccion de la pieza. Aquí es cuando realmente empiezo a divertirme. Cada trabajo es una experiencia única y cada cual tiene sus propios retos. Muchas veces me encuentro con problemas técnicos que necesito resolver. El dibujo con el concepto es solo un punto de partida. Traducir esa idea en tres dimensiones con papel es un viaje lleno de obstáculos y aventuras. El paso final, cuando la pieza está terminada, es la fotografía. Tengo un espacio en mi estudio dedicado a fotografiar el trabajo terminado. Obtener la mejor imagen a partir de la combinación de luz y sombras es casi una ciencia, así que esa parte es también importante y exigente.
¿Cuál es el sector que mejor acoge tus trabajos?
El mundo de los libros, revistas y material impreso.
¿Es compatible la laboriosidad de un trabajo tan complicado con las urgencias de un mercado y las necesidades de unos clientes que lo quieren todo para ayer? ¿Es comprensivo el cliente a la hora de valorar el coste y la dedicación de tu trabajo?
Hasta el momento he tenido la suerte de trabajar con clientes experimentados y profesionales que entienden la cantidad de energía que un tipo de trabajo como éste necesita. Las demandas han sido racionales. Es difícil encontrar un encargo que me permita tener meses para completar una pieza o un grupo de ellas. Pero he aprendido a trabajar con la mayor rapidez posible. Esto es algo que con mucha práctica se aprende y sobre todo con mucha concentración. A veces es estresante, pero siempre divertido.
¿Qué otras técnicas o lenguajes empleas en tu trabajo? ¿Los haces convivir junto con las técnicas de manipulado de papel?
Además de trabajar con papel me gustan otros medios como el dibujo, la pintura, la escultura y la fotografía. Cada uno te facilita un lenguaje único. De vez en cuando me gusta combinar estas técnicas en una pieza. Pero por lo general trato de enfocarme en una técnica y ver lo más que puedo obtener de ella.
Femina Plantarum es la exposición personal que presentaste en 2012 en Miami, ¿Cómo nació este proyecto y qué significó para ti como persona y para tu carrera como profesional?
Esta serie de pinturas es sobre los cambios que las personas experimentamos en las diferentes áreas de la vida. Femina Plantarum significa mujer planta en latín. La serie representa figuras femeninas en medio de metamorfosis. Si hay algo que siempre me ha atraído como artista y como persona en general es lo maleable que somos, física y emocionalmente. El ser humano es muy parecido a una planta. Nacemos de una “semilla”, crecemos, nos desarrollamos, damos frutos y morimos. Pero a diferencia de las plantas, las personas tenemos el poder de influir en qué direcciones queremos crecer y cambiar y procrear. Detrás de mi trabajo siempre está esa fascinacion con el proceso de transformación y crecimiento.
Y por último, ¿en qué proyecto estás inmersa últimamente?
Actualmente, además de estar inmersa en diferentes encargos para trabajos editoriales, como por ejemplo la portada de una novela para Chronicle Books, estoy trabajando en un grupo de piezas para el Racine Art Museum in Wisconsin. Aunque es mucho el trabajo lo estoy disfrutandolo. Se trata de una muestra colectiva que que se inaugura en mayo de este año. Los encargos e invitaciones para exposiciones me llegan casi semanalmente, es siempre divertido ver cuál será el próximo proyecto. Pero como soy solo una persona, necesito concentrarme en lo que es humanamente posible. Lo interesante es que siempre podemos expandirnos un poquito más y terminar haciendo cosas que parecían imposible. Eso es lo que me mantiene realmente motivada como artista.