El PSOE ha realizado una Proposición no de Ley para el desarrollo de una Estrategia Nacional de Diseño. La noticia no puede ser mejor. No prosperará, pero tiene una ventaja. Si volviera a gobernar, podríamos recordársela y exigírsela.
Es muy recomendable la lectura del texto de esta proposición. Recoge todo aquello que desde esta revista (y desde las asociaciones y los colectivos, y los foros de enseñanza…) venimos denunciando y reclamando. Y como quiera que nosotros ya lo hemos dicho tantas veces, es interesante recogerlo esta vez en palabras de un grupo del Congreso. Por ello, sin que sirva de precedente, abrimos entrecomillado. El relato de los hechos no podía estar mejor detallado. Es casi escalofriante (las negritas son nuestras):
“El inventario de carencias y de pérdida de oportunidades por la falta de una estrategia y una estructura de referencia es muy destacable:
El Diseño ha quedado fuera de la Estrategia Española de Ciencia y Tecnología y de Innovación 2013-2020, así como del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación 2013-2016, que implementa la estrategia nacional para ese periodo.
No existe ningún organismo, órgano o departamento que coordine, impulse y sea el interlocutor de la Administración General del Estado para el sector del Diseño. Tras la desaparición en 2010, en plena crisis económica, del DDi (Sociedad Estatal para el desarrollo del diseño y la innovación, S.A.) dependiente de los distintos Ministerios de Industria desde 1991, sus competencias pasaron a la Empresa Nacional de Innovación, S.A. (ENISA) sociedad dependiente del mismo Ministerio de Economía y vinculada a la financiación empresarial de la PYME. Pese a tener los objetivos de promoción del diseño en sus estatutos, no se tiene noticia que ENISA haya organizado ni impulsado alguna iniciativa en torno al diseño desde 2012.
No existe un interlocutor que represente al Gobierno de España y ejerza la interlocución técnica correspondiente ante la Comisión Europea para influir, para facilitar la participación y la representación de nuestro país en los foros internacionales, ni para la defensa y definición de nuevos escenarios que afecten al diseño en las políticas de la Comisión europea para los próximos años.
No existe, ni siquiera al nivel de Subdirección General, ningún departamento dentro del organigrama de la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación dedicado al diseño ni que contenga en su rotulación el término “diseño”. La palabra “diseño” ha sido borrada del mapa de la organización ministerial.
No se dispone en la web del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad de una entrada específica para el diseño español, con vocación de información y servicio al sector y de proyección en el conjunto de la economía española.
No se trabaja en el reconocimiento económico y social del diseño. Los Premios Nacionales de Diseño, que cumplen 30 años de vida justamente en 2017, han pasado a llamarse Premios Nacionales de Innovación y de Diseño desde 2012 (el diseño pasa a segundo término) en 2014 no se celebraron y hubieran desaparecido de no ser por la movilización de las Asociaciones y el colectivo del Diseño y han cumplido este 30 aniversario sin pena ni gloria, sin ningún reconocimiento del gobierno de España a la excelencia de más de 60 empresas y diseñadores profesionales de primer nivel internacional y sin tener un lugar propio y destacado en la Marca España.
No existe un archivo por parte del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, un archivo gráfico y audiovisual, de todas las actuaciones públicas que se han emprendido desde este Ministerio en los últimos años, con la consiguiente pérdida de valor patrimonial que su ausencia supone. Sólo desde el año 2000 los Ministerios de Economía e Industria realizaron, a través del DDi, importantes exposiciones con itinerancia nacional e internacional y catálogos cuya información no está recopilada, digitalizada y accesible, con grave riesgo de pérdida definitiva.
No se conoce el impacto económico, el valor del diseño y su aportación a la riqueza nacional: no existe ningún estudio económico reciente acerca del diseño español: número de diseñadores, empresas de servicios de diseños, empresas de diferentes sectores intensivas en diseño, impacto económico del diseño en relación al PIB, el peso de las distintas Comunidades Autónomas en el diseño español, etc. A título de ejemplo, el Design Council en el Reino Unido, en la portada de su web, sitúa un informe de la contribución del diseño a la economía británica y del diseño como un motor económico de primer nivel. En España el Gobierno ignora esta contribución y está privando a la sociedad española del reconocimiento de las capacidades actuales y futuras del diseño como factor impulsor de crecimiento de nuestra economía.
No existe un Mapa del diseño en España, una larga y reiterada reivindicación del sector, que sitúe en el territorio todos los activos con los que cuenta, para potenciar las complementariedades y evitar duplicidades.
No existe un epígrafe fiscal específico para la actividad del diseño: industrial, producto, gráfico, interiores. Epígrafe que permitiría contar con datos reales del número de profesionales que ejercen la profesión, el volumen de facturación y su impacto económico.
Falta coordinación ministerial: las escasas actividades que realizan los Ministerios en el ámbito del Diseño están descoordinadas, de tal manera que es imposible tener una visión de conjunto. Por ejemplo, ICEX viene desarrollando acertadamente algunos programas de intemacionalización del diseño español en mercados preferentes, con énfasis en el diseño de vanguardia, información nada fácil de acceder sino es a través de búsquedas singulares a partir del término “diseño”. El Ministerio de Educación y Cultura edita anualmente el Anuario de Estadísticas culturales, que recogen algunos indicadores agregados relacionados con el sector del diseño, etc.
No se ha constituido ninguna Comisión Interministerial del Diseño con los Ministerios de Economía, Industria y Competitividad, Educación y Cultura, Asuntos Exteriores y Presidencia y Administraciones Publicas que aborde el diseño en el conjunto de la Administración del Estado –compra pública innovadora, convocatorias, centros de educación superior y de formación, etc–. Y lo que es importante, que marque las pautas de uso del diseño por las Administraciones Publicas, que potencie un efecto demostración positivo del correcto uso del diseño y acabe con la mala praxis de contratación en las instituciones públicas, con dinero público y erradique la copia y los plagios.
No existe una Plataforma Tecnológica del Diseño, que aglutine al mayor número posible de agentes del diseño y permita interactuar con representatividad con el Ministerio de Economía y con el resto de PPTT desde la transversalidad del sector de diseño y para impulsar la I+D+i desde el diseño hacia el resto de sectores.
No existe un Centro o espacio que, a nivel nacional, ofrezca una exposición permanente como muestra de la solvencia del Diseño español. España es el tercer destino turístico del mundo, con más de 75 millones de visitantes anuales, que pueden adquirir durante su estancia en nuestro país una visión de España acorde con la competitividad de nuestro tejido empresarial, de su decidida apuesta por la innovación y el diseño y por la existencia de diseñadores profesionales reconocidos internacionalmente”.
Hasta aquí. El rapapolvo es sonado, aunque imaginamos que poco o nada afectará al Gobierno. El Partido Popular no se ha caracterizado precisamente por ser sensible al diseño, y solo un alineamiento mágico del resto de fuerzas políticas podría sacar esto adelante. Hay que esperar. Publicado en visual 190