Desde La Garriga –localidad próxima a Barcelona– a Londres. Y del diseño gráfico para agencias
de publicidad a la ilustración, y más concretamente al papercraft. Son dos tránsitos paralelos que han llevado a Javier Rodríguez a Lóbulo, una experiencia profesional y vital en la que se encuentra inmerso. Los resultados, esculturas de papel que conforman un estilo definido de ilustración. Publicado en Visual 161
¿Quién es Javier Rodríguez García?
Un diseñador gráfico que cansado de la monotonía de las agencias de publicidad decidió ir encaminando su trabajo a lo que siempre le había gustado, la ilustración.
Una vez terminado los estudios en La Garriga, empezaste a trabajar con agencias de publicidad y estudios de diseño de Barcelona, ¿cómo fue esa experiencia?
Al principio y como en todos los trabajos con muchas ganas y fuerzas, pero a medida que pasaba el tiempo me fui dando cuenta de que no había caído en las mejores manos, y que quizá las agencias en las que estuve no me dieron lo que esperaba del diseño gráfico; no me di por vencido y así estuve 10 años, hasta que vi que para disfrutar de mi trabajo tal y como lo tenia concebido tenía que hacerlo yo mismo y alejarme de ese mundo, en el que sólo importa el business por el business.
Más tarde empiezas a trabajar con papel, ¿qué es lo que te llevó a esta técnica tan manual en un mundo donde impera lo digital? ¿qué es el papercraft?
Siempre se me dio bien el hacer cosas con las manos; así, fui experimentando y entre encargo y colaboración me di cuenta de que ya estaba metido dentro del circulo que llaman papercraft. Para mí no es mas que aplicar todos los conocimientos que he adquirido y plasmarlos sin la necesidad de encender el ordenador.
Nunca sabes cómo realmente va a quedar una pieza hasta que no tiras la foto y eso es algo que me tiene enganchado.
Te trasladas a Londres, ¿qué motivos te llevaron y cómo fueron tus comienzos en un lugar donde nadie te conocía?
Los inicios nunca son buenos, pero tuve la suerte de encontrarme con buenos amigos que me fueron ayudando.
Es cierto que siempre que sales de tu país tienes que hacer un doble esfuerzo para llegar a la gente y que ellos lleguen a tu trabajo, pero internet ayuda mucho, y el hecho de haber trabajado antes para EEUU resultó ser una ventaja, algunas agencias ya sabían cómo trabajaba. Londres no es un lugar fácil, hay mucho talento y un nivel de exigencia alto entre quienes ofrecen y quienes contratan. Pero al mismo tiempo, se reconoce el valor de lo que haces. Quizá no siempre he tenido suerte, y ahora estoy recogiendo el fruto de muchos esfuerzos y sinsablores… Me gusta pensar que es así.
Empiezas a trabajar en la agencia de interiorismo 1508 de Londres pero, como ya te ocurrió en Barcelona, necesitas tener tu propio espacio. Así que dejas la agencia y te embarcas de lleno en Lobulo… ¿Qué ventajas supone ese cambio?
Ventajas todas, es cierto que cuando decides trabajar por tu cuenta los primeros meses son fundamentales para tirar adelante y los más duros ya que no tienes una cartera de clientes grande, pero poco a poco las cosas van saliendo. A Lobulo no le quiero meter prisa y quiero que cada trabajo que salga se mime al máximo.
En cuanto a tu trabajo con el papel, ¿qué referencias tienes? ¿cómo son de receptivos los clientes ante proyectos ejecutados con papercraft? Porque, evidentemente, requieren mucho más tiempo que otro tipo de materiales y procesos.
Cada vez es mas fácil trabajar con los clientes por que ya vieron piezas anteriormente y ahora el papercraft es bastante común. Siempre hay algún cliente que no se fía, o que no sabe realmente cómo va a quedar y tiene miedo a que el resultado no sea el esperado, pero al final cuando ven que es fiel al boceto y respeta el brief se dan cuenta de que incluso a veces superan sus propias expectativas.
¿Podrías comentarnos cómo es el proceso de trabajo de Lobulo? ¿añades alguna otra aplicación, como iluminación, retoque digital cuando toca eliminar brillos, matizar colores etc.? ¿Has utilizado técnicas tradicionales como el stop motion u otro tipo de técnicas?
Básicamente es el mismo proceso de la ilustración pero con extras. Primero boceto a mano, luego toca pasarlo a vectores, colorear y sombrear para marcar de de donde vendría la luz, se lo envías al cliente, empieza el proceso de aprobación, cambios, cambios, a veces más cambios… Cuando ya está todo definido y aprobado, el siguiente paso es montar y pegarlo todo. Montas el set y la iluminación, y haces la foto.
Y ahora sí… Abrirla en photoshop pero SÓLO para eliminar las manchas, brillos o motas que puedan quedar. Aunque ya sé que no todo el mundo lo cree, sólo para eso.
Para terminar, ¿qué proyectos tienes entre manos para el futuro?
Si me hubiesen preguntado esto hace unos años la respuesta sería totalmente diferente a lo que pienso ahora, pero para el futuro sólo espero seguir haciendo lo que me gusta, sea en papel, madera o lo que se presente.
Siempre intentado sacar el máximo partido del trabajo hecho a mano.
