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Mis películas jurídicas favoritas II


El siguiente título que trataré como una de mis películas jurídicas favoritas son en realidad dos películas que en inglés se titulan igual. Cape Fear (El cabo del miedo). La primera versión traducida en 1962 como El cabo del Terror fue protagonizada por Robert Mitchum (uno de mis actores favoritos) y Gregory Peck. Y la segunda de 1991, traducida como El cabo del miedo, fue protagonizada en 1991 por Robert de Niro y Nick Nolte. Ambas llevan a la pantalla la novela de Julian MacNould Los verdugos. Las películas tratan sobre un tema jurídicamente no resuelto en nuestros días. El tema es: ¿Qué ocurre con la víctima cuando el delincuente sale de la cárcel sin rehabilitar y va a buscarla? Como sabemos, el sistema penitenciario actual es un fracaso y el delincuente sale sin rehabilitar en la mayoría de los casos. ¿Qué ocurre entonces? Las dos películas nos muestran la historia de un delincuente que cumple su condena y sale de la cárcel tras catorce años de prisión y vuelve a buscar a quien cree responsable de su encarcelamiento. En este caso su propio abogado. Todo el tiempo que estuvo en la cárcel elaboró su venganza y cuando es excarcelado busca al letrado y la cumplió aterrorizando a la víctima y su familia. La cuestión planteada no tiene aún solución en nuestro sistema penal, en el que la protección de la víctima es muy deficitario, ni en el sistema penitenciario que hoy por hoy no rehabilita sino que hace que el delincuente sufra sin aprender. En estas películas, el tema está magistralmente tratado. Una curiosidad, en la segunda de las películas la de 1991, Scorsese utilizó a los protagonistas de la primera en papeles secundarios. La actuación de Robert de Niro es tan magistral que se dice que Robert Mitchum nunca quiso ver la película. El siguiente film que quiero tratar es un clásico del cine español. Se trata de Plácido de Berlanga. Esta película no la he encontrado nunca tratada o clasificada como una película jurídica pero a mí me lo parece desde que tengo memoria de haberla visto por primera vez, y explicaré el porqué. Paralelamente a la historia principal de la película, “cene con un pobre”, y presente durante toda la misma, Berlanga nos muestra magistralmente el funcionamiento de una letra de cambio, un instrumento jurídico de pago rabiosamente complicado y que a los estudiantes de derecho nos costaba muchísimo comprender. Así es, Plácido, protagonista de la película ha comprado un carromato a plazos. El mismo que se está utilizando en la campaña para sentar a un pobre en la mesa navideña. Pero el día de la celebración, que coincide con el vencimiento de la letra de cambio, Plácido no tiene el importe de la misma para pagarla, y la película nos narrará cómo tiene que conseguir el dinero al límite del vencimiento y fuera del horario del banco. La letra, por tanto, ya no está allí. Ha ido ya a la Notaría donde se ha de realizar el pertinente protesto notarial antes de las 24 horas del día. Plácido ha de perseguir la letra en su periplo para poder rescatarla y que no se la reclamen judicialmente con gastos y costas. El funcionamiento de la letra de cambio (que hoy ya casi no se usa y se ha simplificado) era tremendamente complicado y difícil de asimilar. Tengo que decir que nunca he comprendido mejor el periplo de una letra de cambio que viendo la película Plácido. Ningún libro de aquella época , que eran ladrillos farragosos, cuenta el tema con tanta claridad.
Las dos siguientes películas las comento juntas porque las dos tratan el mismo tema. El divorcio y la locura en que caen los esposos en el proceso para adjudicarse los bienes o la custodia de los hijos. La primera película es La guerra de los Rose del grandioso Dani de Vito, y la segunda Kramer contra Kramer de Robert Benton. En la primera y en tono mas humorístico, los Rose se pelean por la adjudicación de la casa de la que son propietarios y en la segunda, más social y dramática la guerra se plantea por la custodia del hijo del matrimonio. En ambos casos la película trata con maestría una situación que se produce con frecuencia que es la guerra abierta y sin cuartel a la que llegan los esposos cuando se termina el amor e inician los trámites de divorcio. Y en ambos casos tratado con maestría. Solo comentar que algunos de los divorcios que se ven en los despachos matrimonialistas no tienen nada que envidiar a los que se tratan en estas películas. En muchos casos la realidad supera a la ficción. ¡Por cierto! La iluminación de Kramer contra Kramer corrió a cargo del barcelonés Néstor Almendros el único Oscar español durante mucho tiempo.
La siguiente película que quiero comentar es una reflexión sobre la verdad y el delito. Es Rashomon del gran Akira Kurosawa que se desarrolla en el Japón medieval del siglo XI. Un bandido asesina a un noble y viola a su esposa, hechos que son presenciados por un leñador. Posteriormente, la película nos ofrece la narración de los hechos ocurridos por cada uno de los protagonistas. El señor feudal asesinado (a través de un médium), su violada esposa, el propio asesino y el único testigo, el leñador. La narración del punto de vista de cada uno de los intervinientes en el asesinato nos va mostrando las múltiples caras de la verdad, las diversas percepciones que de la misma hacen diversas personas hasta confundirnos y hasta llegar a la imposibilidad de emitir con facilidad un juicio de culpabilidad. Un excepcional análisis de la verdad y la relatividad de la misma y la dificultad de condenar. La última película que quiero comentar es la moderna El Puente de los Espías del archifamoso director Steven Spielberg y del gran actor Tom Hanks. La película trata sobre la intervención del abogado B. Donovan en unos hechos reales. En 1957 se detiene en Nueva york a un espía ruso. El sistema de garantías norteamericano exige que éste sea defendido en el juicio que se incoa por espionaje por un abogado. Y el gobierno encarga el trabajo a B. Donovan. Lejos de limitarse a realizar un trabajo formalmente correcto, Donovan mostrando su auténtica vocación por la abogacía se involucra en la defensa del espía hasta las últimas consecuencias. Toda una lección de auténtica vocación. Posteriormente, un piloto norteamericano es capturado en Rusia y se le encarga a Donovan la difícil tarea de canjear al espía por el piloto. Todo un desafío de negociación porque Donovan tiene que sortear un sinfín de dificultades. Una lección de cómo negociar, que es en realidad una de las tareas más importantes que hace un abogado y que no se enseña en ningún plan de estudios. Espectacular Donovan que aúna en un mismo profesional a un gran abogado procesalista con un gran negociador. Es decir, la excelencia al cien por cien de un abogado.
Hasta aquí mi relación de películas jurídicas favoritas. Espero que os haya resultado ilustrativo leer la impresión de un abogado sobre cine jurídico. Hay otras muchas y muy afamadas (Doce hombres sin Piedad, Matar a un ruiseñor, Pena de muerte, Algunos Hombres Buenos, El Verdugo, etc., etc.) Pero como he querido hacer una relación personal, estas son las que a mí más me llegan. ❧

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