MAGAZINE DE DISEÑO, CREATIVIDAD GRÁFICA Y COMUNICACIÓN

Münster Studio. Artesanía digital


muster 14Lejos del dictado del marketing clásico de la industria musical, que tiene por objetivo salvaguardar de forma torticera la billetera del editor/promotor musical, hay un territorio donde un puñado –cada vez más creciente– de valientes está recuperando el cartel de concierto como instrumento de comunicación artística. Este estudio unipersonal, junto a sus colaboradores, forma parte de este movimiento silencioso que cada vez es más visible. Profesionales que dedican mimo y cariño a un terreno que nunca debió dejar de ser una manifestación cultural. Publicado en Visual 155


Münster Studio nació en 2010 de la ilusión de tres amigos pero, poco a poco, quedó reducido al diseñador gráfico Daniel Hernando Rabaza, hoy al frente del proyecto. Aunque cuenta ocasionalmente con colaboradores cercanos –Patricia Pascual o Carlos Canales, ilustradora y fotógrafo respectivamente, son los más habituales–, el peso laboral del día a día lo lleva este zaragozano de 1981 admirador de John Yates, diseñador del sello punk Alternative Tentacles, y de Gee Vaucher, pionero del diseño punk como responsable del material gráfico del grupo inglés Crass. La huella de un abuelo pintor y el aprendizaje en las páginas de los cómics, además de un desaforado amor por la música y su gráfica, son las semillas que dieron lugar al actual perfil de Dani. “Cuando llegó el momento de estudiar algo, después de algunos años dedicado a tocar en grupos, vi que tenía un montón de carpetas llenas de carteles para conciertos y fotomontajes para fanzines y discos. El diseño gráfico reunía mi gusto por la sociología y por el arte”.
Así pues, Münster Studio resulta la evolución vital natural y el intento de aunar diseño gráfico y música en un solo oficio. “Desde el principio y hasta ahora hemos trabajado básicamente con organizaciones sociales, pequeñas editoriales, marcas de ropa y clientes relacionados con el mundo de la música (discográficas, bandas, promotores de conciertos). Por ahora es un proyecto unipersonal aunque soy muy proclive al trabajo en equipo y en colaboración; por eso, siempre que puedo, trato de trabajar con otra gente, principalmente artistas e ilustradores locales. Oxigena y aporta una dimensión diferente a algunos diseños. A la hora de trabajar me gusta mantener cierto equilibrio entre proyectos comerciales y otros para actividades no lucrativas, como conciertos do it yourself u otro tipo de convocatorias de corte más social”.

Do it yourself

Fuertemente marcados por el compromiso social y la autogestión –“tanto yo como la mayoría de los colaboradores tocamos en grupos, organizamos conciertos y estamos implicados en el Arrebato, un espacio autogestionado de Zaragoza que alberga buena parte de los conciertos de música independiente desde un prisma no comercial”–, es cierto que la preferencia por lo musical no escapa a cualquier observador imparcial aunque los proyectos reciban la misma cantidad de cariño vengan de donde vengan. “Trato de cuidar de la misma forma todos los proyectos. Por suerte disfruto mucho con todos los aspectos del diseño gráfico, cada uno tiene su reto y se aprende de todos. El estudio ha ido centrándose y especializándose cada vez más en el mundo de la música y seguramente sea el campo en el que me encuentre más a gusto. Llevo vinculado al medio musical desde que tenía quince años. Antes siquiera de estudiar diseño gráfico ya tenía un buen puñado de vinilos y CDs diseñados. Es algo que he hecho siempre y que conozco bien. Por eso la comunicación con las bandas suele ser fluida y directa pues, de alguna manera, entiendo los proyectos como diseñador y como “músico”. Por otro lado, para alguien a quien le encanta la música, este tipo de encargos casi dejan de ser trabajo pues en buena parte se basan en escuchar la música para entender lo que hay que comunicar. Digamos que la música es el briefing, así que estudiarlo resulta especialmente gratificante. Aunque, definitivamente, no trabajamos solo para el terreno musical, lo hacemos mucho para marcas de ropa como Simbiosis o Free and Wild, diseñando camisetas. Además, hacemos bastante trabajo editorial para asociaciones y pequeños editores, así como mucho trabajo de impresión en serigrafía para otros diseñadores. Por otro lado, siempre que podemos abordamos trabajos que no son encargos ajenos sino propios, como el diseño de tipografía o la ilustración e impresión de piezas artísticas”.
Una de las señas de identidad de Münster Studio es que imprimen ellos mismo muchas de sus creaciones mediante un uso artesanal de la serigrafía, con especial cuidado en tintas y papeles, dando como resultado piezas únicas, con valor añadido al estético. Ejercicios casi táctiles que entroncan con una ola, cada vez más visible, de diseñadores que recuperan lo artesanal, produciendo sus propias piezas mediante métodos industrialmente poco viables como la tipografía tradicional, la serigrafía artesanal o incluso los prehistóricos tipos de madera. Desde sus comienzos, casi medio centenar de cuidadas piezas han visto la luz. “Tuve la oportunidad de montar mi propio taller de serigrafía para carteles al mismo tiempo que crecía mi obsesión por los pósteres para conciertos. Trabajé en una imprenta una temporada y siempre que bajaba a fumar un cigarro, aprovechaba para hablar con los impresores, tenía mucha curiosidad por su trabajo. Así que la oportunidad de tener bajo control todo el proceso, desde el diseño a la impresión, me sedujo por completo. La serigrafía es fácil y no excesivamente cara, por lo que es perfecta para estos propósitos. Desde luego es algo que no va mucho con estos tiempos digitales, pero he de decir que me divierto, me llena muchísimo y de alguna forma me hace sentir más humano”. Además, las limitaciones del método de impresión suponen toda una motivación para la imaginación de este amante del trabajo de la pareja formada por Jonathan Hoefler y Tobias Frere-Jones. “Es maravilloso tener que sacarle todo el partido a dos o tres tintas y a imágenes en mapa de bits o con tramas muy gruesas. Por otro lado, siempre aluciné con el efecto y los colores que tenían los carteles de Rodchenko, Klutsis, El Lissitzky y el resto de constructivistas; estuve años intentando sacar ese efecto de la litografía y no hubo manera hasta que empecé a trabajar más habitualmente con serigrafía. Para muchos trabajos esta austeridad y crudeza es perfecta. Por otro lado, el imprimirlos uno mismo les añade una dosis importante de improvisación y de intriga con los colores. Tener el margen de maniobra de poder cambiarlos a última hora es algo excitante”.
Dignificando el cartel

Ahora mismo Münster Studio se ubica en un espacio que comparte con el taller de la pujante marca de streetwear Simbiosis. Evidentemente, además de las cuestiones prácticas de compartir dirección postal, la experiencia sirve como plataforma para el intercambio de conocimiento y trabajo… “Siempre he tenido una relación muy estrecha con Simbiosis, en lo laboral y en lo personal; compartimos, además, muchos puntos de vista sobre la ética, en lo comercial, y sobre el arte y el diseño, en general. Aprendí a serigrafiar en su taller, hace ya algunos años, y los primeros carteles que vi serigrafiados para conciertos los hicieron ellos. Así que, en cierto modo, siempre han sido un referente. Ahora compartimos casi todos los medios, menos los que son específicos para papel (algunas tintas, bases, etc.) y, aunque en muchos aspectos la serigrafía para una cosa y otra sea muy similar, cada soporte tiene su misterio y sus trucos, y estos son pequeños descubrimientos diarios que nos vamos contando”.
En el trabajo del estudio se aprecia un amor por la tipografía clásica importante y, a la vez, por las figuras icónicas, manejando la metáfora con especial pericia. “Efectivamente me derrito con las tipos condensadas, de palo seco y muy altas, así como con las egipcias, le dan a todo un aspecto duro e industrial pero a la vez irreal. Ese estilo vintage, tipo anuncio de principios de siglo XX, funciona, en mi opinión, muy bien en algunos carteles. Esas composiciones supuestamente tan serias pero a la vez tan inocentes tienen la capacidad de expresar varias cosas a la vez. Con respecto al amor a la metáfora, desde luego que lo hay, no siempre es posible utilizarlo, a mí me exige muchísimo trabajo mental y mucho tiempo que no siempre tengo, pero soy un enamorado de la obra de los surrealistas, de los múltiples sentidos y de las imágenes con profundidad en los significados e imagino que esto tiene que salir por algún lado.
Pero otra de mis grandes influencias es el punk y su manera sencilla y directa de expresar las cosas, sin rodeos, sin florituras. Tal vez mi “estilo”, sea una mezcla imposible de las dos”.
En realidad, el trabajo de Münster Studio tiene mucho que ver con una apuesta creciente por parte de numerosos diseñadores gráficos a lo largo del mundo de dignificar el cartel de concierto. Una pieza que en años recientes había caído en la comodidad, casi burocrática y monótona, de la foto promocional adornada con tipografía insustancial, y que ahora parece resurgir gracias a pequeños colectivos y a iniciativas como la web Gigsposters –y sus dos magníficos libros–, que recogen esta tendencia de forma casi enciclopédica. “Buena parte de la responsabilidad de que me animara y haya tomado la dirección actual es por estos estudios y artistas que no se han resignado al diseño promocional y han tratado de ilustrar la música en lo que, para mí, es una preciosa simbiosis entre arte/diseño y música. Culpa de esto tienen las bandas que han sabido arriesgar y apostar por tener una gráfica de calidad detrás de ellos y no solamente en sus discos. También es un medio de promoción. Yo mismo he encontrado grupos que ahora me encantan a raíz de ver estupendos carteles de sus conciertos. En cierto modo, un buen cartel gráficamente comunica muchísimo más sobre una banda que uno que contenga toneladas de información y que son producidos en masa, casi con una plantilla”.
Iniciativa al servicio de esta tendencia es The Poster Collective, una web lanzada desde Badalona por Xavi Forné para difundir públicamente este tipo de trabajos. “Xavi siempre ha llevado el peso de todo, aunque tanto Iván, de Walrus & Eggman, como yo, hemos estado desde el principio al tanto de todo, apoyando y ayudando en lo que hemos podido. Conforme pasa el tiempo y el proyecto va cogiendo forma y precisando de más esfuerzo, nos vamos implicando más, tanto a nivel de trabajo como de decisiones. La iniciativa surgió, acertadamente, para dar a conocer a algunos artistas que estaban trabajando en el campo de la cartelería de conciertos de una forma más seria y regular, en la línea de lo que se puede ver en gigposters.com. Creo que ha hecho una estupenda labor dando a conocer que se pueden abrir líneas de diseño interesantes en un medio terriblemente conservador, al menos en este país, a nivel de gráficas. También funciona como una pequeña comunidad y como red social para poner en contacto a gente con inquietudes similares”.

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