MAGAZINE DE DISEÑO, CREATIVIDAD GRÁFICA Y COMUNICACIÓN

¡Qué incómodo el diseño para los que mandan!


Hubo un tiempo en que el diseño se entendió como una actividad cultural. Estuvo en los museos, en la televisión, en los periódicos. Los diseñadores a veces eran preguntados sobre cosas peregrinas, como hoy sucede con los cocineros o los modistos, que parece que tienen que saber de todo. Después se pasó a aquello de que el diseño era motor de la economía: competitividad, exportación… tenía mucho riesgo, pero funcionó. Con endiabladas estrategias, como aquella en que el Estado o las autonomías “regalaban” diseño a las pymes, y podías encontrarte a un premio nacional diseñando para una tienda de electrodomésticos de capital de provincias… aquello también se pasó. Hoy el diseño ha dejado de existir para ellos. Prácticamente han desaparecido la mayoría de los foros de debate teórico –sin apoyo son inviables, por más cariño que se le ponga–, y solos los “festis” tienen su espacio. Benditos “festis”, no se nos malinterprete.
La última gran iniciativa pública, el Museu del Disseny, se ha convertido en un baluarte impagable e imprescindible, acaso no tanto por su excelencia –que a veces también– como por su condición de singularidad: no hay más.
Estas carencias que nos dijeron que eran temporales, hoy son estructurales. El deterioro es enorme. Sin cultura del diseño es imposible que haya buen diseño. Produce sonrojo cómo se contrata diseño desde lo público. Cómo se contagia hacia lo privado. Se mira con lupa cómo se paga el billete de avión de un alcalde –como debe ser– pero todos los meses vemos que hay que retirar campañas o carteles por plagio, y a nadie le parece que eso sea una mala gestión del dinero de todos. Basta acercarse a los palmarés de los premios para darnos cuenta de que lo que realmente merece la pena está cada vez más en iniciativas de complicidad, pequeñas acciones de pequeñas empresas o instituciones, mientras que en el diseño que se ve, que está en la calle, en los lineales o en los medios de masas, en las ciudades, es anodino, prescindible, ausente de estrategia.
Es importante establecer de nuevo los mimbres para reconducir esta profesión. Quizá cometimos el error de creer que esa tarea correspondía a la administración, sin darnos cuenta de que ellos solo buscaban el rédito político, y que se marcharían cuando este no existiese.

Las portadas de la Casa de Carlota

Alguien dijo aquello de que si haces lo de siempre, los resultados serán los de siempre. En La casa de Carlota eso se respira. Es un estudio-agencia de Barcelona en el que trabajan diseñadores con capacidedes diferentes. Algunos son autistas, otros tienen síndrome de Down… Trabajan con estudiantes en prácticas, y creativos y directores de Arte sin capacidades diferentes. Hace algunos meses pensamos que estaría bien encargarles que hicieran una portada para Visual. Luego nos dimos cuenta que eso era hacer lo de siempre… y les planteamos que propusieran ellos. La única premisa fue que durante un año, seis números, la portada de la revista sería lo que ellos decidieran. Así, están realizando esas seis piezas con seis artistas diferentes, ya sea colaborando en un trabajo juntos o como en este caso, a modo de “homenaje”. Hace tiempo, nuestro director estuvo trabajando con ellos para la identidad de un Petxacucha en Barcelona, y han querido que esta primera portada sea la réplica de aquello. Quedan otras cinco, y no sabemos cómo serán. Publicado en Visual 189

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One comment on “¡Qué incómodo el diseño para los que mandan!

Angel

Que buena iniciativa lo de «La Casa de Carlota», seguro que salen cosas gráficamente interesantes. Enhorabuena

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