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más de cien años de que Unamuno pronunciara su lapidario: “¡Que inventen ellos!” la frase, como una maldición, parece seguir teniendo vigencia. En los informes de la
Unión Europea sobre innovación, España se sitúa aún en el pelotón de cola, por detrás incluso de países como Bulgaria y la República Checa. Según las estadísticas las empresas españolas invierten poco y nada en innovación y, en el campo de la propiedad intelectual, las patentes escasean. Nos queda el consuelo que, llegados a este punto, la situación sólo puede mejorar.
