La vida a trocitos

Tras licenciarse en Arquitectura, Beto Compagnucci trabajó en Sudán, Oriente Medio, Ginebra y Barcelona como arqueólogo primero y después en la construcción de edificios. En 1983, tras trabajar en el equipo que diseñó la primera sede de la televisión autonómica catalana, decidió quedarse dentro. Durante seis años ejerció como el primer director artístico de TV3, aparcando los rotrings para dedicarse a las escenografías y las animaciones para cabeceras de programas y cortinillas de continuidad. Publicado en Visual 164

Seguramente fue en esa época cuando se entusiasmó con el collage, técnica a la que ha recurrido con frecuencia desde entonces y que le provocó un notable síndrome de Diógenes. Revistas, libros ilustrados y pequeñas joyitas recuperadas de mercadillos y librerías de segunda mano tomaron primero las estanterías y luego el interior de armarios y cajas. Internet y la fotografía digital aparecieron como una promesa de cura, aunque admite que todavía tiene recaídas.
En el libro titulado Faroladas, pone sus collages en diálogo con los escritos breves de Juan Urrutia, el economista díscolo que acuñó ya hace más de una década el término “lógica de la abundancia” para explicar el modo en que Internet rompía con la lógica de la escasez de la información. Editado por la cooperativa Biblioteca de las Indias Electrónicas, se trata de un pequeño volumen en el que textos e imágenes danzan al compás de ritmos que transitan entre la ensoñación y la lucidez crítica, entre el humor descarnado y la ironía ácida.