MAGAZINE DE DISEÑO, CREATIVIDAD GRÁFICA Y COMUNICACIÓN

El curioso arte del deslizamiento urbano


Deslizarse por el asfalto de una gran ciudad con una tabla de skate puede ser el catalizador de una asombrosa carrera como ilustrador. Aunque, a veces, la distancia más corta para llegar a cumplir un sueño de juventud no es una simple línea recta. Phil Hackett descubrió muy pronto que las curvas, los callejones sin salida y las paradas de emergencia eran una parte esencial de la experiencia artística y que, además, podían servir de aprendizaje para sobrevivir en el competitivo mundo de los profesionales que colaboran en los medios de comunicación más importantes. Nacido en la ciudad galesa de Newport y licenciado en arte por el Hereford College of Arts, este ilustrador se ha hecho famoso gracias a un estilo propio basado en figuras trazadas con bolígrafo negro y coloreadas con texturas digitales que esconden detalles muy llamativos, con el único objetivo de despertar una sonrisa cómplice a los espectadores. Desde 2007 compagina sus creaciones personales basadas en el mundo del skate con encargos para clientes tan destacados como la BBC, The Guardian, Financial Times, Sky, GQ,
The Economist, Nature Magazine y The Independent.
El curioso arte

Te propongo que nos remontemos a los inicios de esta aventura artística a contracorriente y tan marcada por los caprichos del destino. ¿Cuándo descubriste tu pasión por la ilustración?
Crecí en Newport, una ciudad en el sur de Gales que no tiene nada de especial. Empecé a sentir atracción por los lápices siendo muy pequeño y mi madre todavía guarda dibujos míos de cuando tenía tres años. Mi familia me ha apoyado mucho. Mi padre era sacerdote (ahora está retirado) y, mientras oficiaba la misa, yo me pasaba las horas sentado en el banco de la iglesia dibujando. En mi etapa escolar, la gente apreciaba el talento que tenía para el dibujo. Al cumplir cinco o seis años, me pidieron que saliera de clase para hacer un mural enorme en el vestíbulo del colegio. Incluso me premiaron con un trofeo al “mejor artista” cuando terminé la educación primaria. Las cosas no han cambiado tanto, mi madre todavía recorta mis ilustraciones de las revistas y periódicos para guardarlas.
Tengo entendido que empezaste a estudiar Artes Visuales en la universidad, pero acabaste trabajando de telefonista en centros de atención al cliente. ¿Qué aprendiste en aquella época?
Decidí estudiar Artes Visuales en la Universidad de Cheltenham simplemente porque había un skatepark al lado del campus. No me informé sobre su plan educativo y, al empezar el curso, me di cuenta de que sólo el 50% de los módulos era de prácticas artísticas. Asistí a muy pocas clases y pasé la mayor parte del tiempo en el skatepark o dibujando en mi habitación. Después del primer semestre extrañaba mi casa y abandoné la universidad. De vuelta en Newport tuve que ganarme la vida y trabajé de telefonista en varios centros de atención al cliente. Una de las ventajas de ese trabajo es que puedes hablar a través de unos auriculares y tienes las manos libres para dibujar. ¡Podía dibujar durante ocho horas mientras trabajaba! Un día, un compañero trajo una revista que aceptaba colaboraciones de ilustradores y aparecía alguien con un estilo semejante al mío. Debajo de su firma ponía que era licenciado en ilustración. Entonces decidí volver a la universidad y estudiar lo mismo. Contacté con la Hereford University, mandé mi portfolio y me aceptaron. Allí aprendí a generar ideas, a desarrollar un lenguaje visual y a venderme como ilustrador.
La ciudad de Newport es conocida por su pasado industrial y por sus clubes de música en directo. Supongo que aquel ambiente fue una motivación para empezar tu carrera como ilustrador.
Newport no ha destacado nunca por su escena artística, pero solía tener una escena musical muy activa. La leyenda cuenta que ésta fue la ciudad donde Kurt Cobain le propuso matrimonio a Courtney Love. Durante mi segundo año en la Hereford University tomé la decisión de dedicarme profesionalmente a la ilustración. Después de graduarme, empecé a contactar con revistas y periódicos para saber si aceptaban colaboraciones. También viajé varias veces a Londres para mostrar mi portfolio a diversos directores de arte y editores. He perdido la cuenta de cuántas muestras de mi obra mandé por correo. No pasó demasiado tiempo hasta que empezaron a llegarme encargos para diversas publicaciones. También me presenté a muchas agencias de ilustradores y acabé representado por una que se llama Eye Candy Illustration. Desde entonces nunca han dejado de llegar proyectos.
Una de las características que más llama la atención de tus obras es la mezcla de situaciones cotidianas con elementos extraídos de la cultura popular. ¿Cuál es tu objetivo como creador?
No creo que haya un objetivo detrás de mis ilustraciones. Simplemente me gusta pensar que la gente disfruta mirándolas y que pueden despertar una sonrisa. Incluso cuando no estoy trabajando en un encargo, me paso el día entero dibujando. Es como una “obligación” y no puedo evitarlo. Supongo que podríamos decir que un objetivo detrás de mis ilustraciones es mantenerme ocupado. La inspiración puede surgir en cualquier parte y considero que el skate es mi musa. La inspiración para las ilustraciones basadas en el mundo del skate aparece en cualquier momento y gracias a todo tipo de detalles. Puedo estar caminando por la calle, ver una farola o un buzón, y pensar: Eso podría ser una tabla de skate. También me gusta coger iconos culturales, ya sea La Mona Lisa o el David de Miguel Ángel, y combinarlos con el skate. Me encanta usar algo reconocible para que la gente se relacione de manera rápida con la obra.
Por curiosidad, ¿podrías explicarnos cuál es tu proceso creativo y qué técnicas utilizas habitualmente para realizar tus piezas? Puede que todavía lleves una libreta para los bocetos.
Todo empieza con lápiz y papel. Hago las ilustraciones con un bolígrafo de punta fina en papel A3 y después las escaneo. Luego, mediante Photoshop, aplico diversas texturas de papel y coloreo el dibujo. Es algo muy directo y sencillo, aunque a veces puede ser aburrido trabajar con el ratón del ordenador. Todavía disfruto mucho dibujando porque me gusta notar el lápiz sobre papel. Sin embargo, la mayoría de los profesionales que nos dedicamos a esto debemos confiar en el Photoshop porque la fecha de entrega de algunos encargos es al cabo de 24 horas. Entonces necesitas un sistema rápido para crear una imagen llamativa. Además, el ordenador te permite corregir errores sin tener que empezar el dibujo de nuevo. Siempre llevo una libreta en la mochila para hacer bocetos. Es fácil olvidar una idea si no la apuntas cuando aparece. Esto me ocurre si surge por la noche antes de ir a dormir. ¡Seguro que por la mañana no la recuerdo!
¿Cómo es un día normal de trabajo en tu estudio y cuál sería la banda sonora ideal para inspirar una ilustración para alguno de tus grandes clientes?
Trabajo desde casa, en un escritorio en la esquina de mi sala de estar. Me levanto, me ducho, preparo el café y me pongo a dibujar. Hago una pausa para la comida y luego otra para la cena. Trabajo unas 10 horas al día y no escucho música mientras trabajo. Aunque, a veces, me siento un poco solo al no estar rodeado de gente hablando y entonces escucho debates radiofónicos sobre política o podcasts de comedia o de skate. Algunos días me resulta difícil generar ideas sentado frente a un papel en blanco, esto me motiva a salir a caminar o a dar un paseo en bicicleta mientras mi cabeza sigue pensando en el tema que debo ilustrar. Pensar ideas mientras haces algo completamente resulta muy útil. Intento patinar con frecuencia, pero el trabajo y las entregas acostumbran a interponerse en esta afición.
¿Cómo definirías tu colaboración con algunas de las publicaciones más importantes de Gran Bretaña? ¿Crees que los editores aún tienen límites o tabúes a la hora de encargar ilustraciones?
Hago ilustraciones sobre muchos temas distintos: finanzas, política, medicina, jardinería, comida, bebida, etc. Todo depende de la revista o del periódico con el que colabore. Al principio de mi carrera decidí de manera consciente abarcar una amplia gama de temas en mi portfolio, por este motivo incluí una ilustración de finanzas, otra de medicina… el listado de temas es interminable. Creo que esto ayudó a demostrar que soy muy versátil. Cuando trabajas con editores de medios comerciales, sus decisiones siempre dependen del tipo de publicación y de su público objetivo. Por ejemplo, si se trata de una revista dirigida a un público joven y moderno, las ilustraciones con un carácter underground pueden resultarles interesantes. Del mismo modo, si la publicación está dirigida a un público adulto y tradicional, las ilustraciones menos arriesgadas son siempre las más apropiadas.
Sin embargo, tus ilustraciones más populares están centradas en el mundo del skate. ¿Por qué te atrae tanto esta cultura? ¿Te has planteado si existen conexiones entre patinar y dibujar?
Mi hermano mayor empezó a patinar después de ver la película Regreso al Futuro y yo decidí imitarlo. Llevo patinando desde los 11 años y esta cultura ha sido una constante en mi vida. A pesar de que actualmente no patino tanto como me gustaría, aun veo todos los videos que se estrenan y trato de estar al día de las últimas novedades. Siempre ha habido un fuerte vínculo entre el skate y el arte, por este motivo creo que tantos skaters son artistas a tiempo parcial o a jornada completa. Incluso muchos skaters profesionales son artistas increíbles, como Ed Templeton, Mark Gonzales, Kevin “Spanky” Long y Nora Vasconcellos por nombrar a los más destacados. Además, las tablas de skate pueden ser pequeñas obras de arte por derecho propio y sus gráficos fueron una gran influencia en mi adolescencia. Entonces elegía las tablas por sus gráficos y no por su forma.
Hoy vivimos en un mundo globalizado que se mueve al ritmo de las redes sociales. ¿Crees que el arte todavía puede ayudar a cambiar la sociedad como los jóvenes soñaban en los años 60?
Sin lugar a dudas, el arte tiene un papel muy importante en la escena política internacional. Pienso en ejemplos recientes como los carteles titulados We the People de Shepard Fairey, que tuvieron una presencia muy destacada durante las manifestaciones por el Día Internacional de la Mujer en 2017. También el diseño del logotipo del movimiento social Extinction Rebellion que ha dado la vuelta al mundo desde 2018. El arte y el diseño trascienden el lenguaje y, por este motivo, pueden superar todo tipo de barreras.
Tu primera exposición en España tuvo lugar en el Moments Festival 2016 y el año pasado regresaste para impartir un taller de ilustración. ¿Qué recuerdos tienes de tu paso por la ciudad de Málaga?
Estoy muy agradecido a los organizadores del Moments por invitarme en dos ocasiones. Es un festival fabuloso y abarca muchas disciplinas distintas. Me siento honrado de haber participado y de haber mostrado mi obra en dos ediciones. El año pasado estaba bastante intimidado por el taller que debía impartir, pero mi traductora hizo que las cosas salieran muy bien y acabé disfrutando mucho la experiencia de enseñar y transmitir mis conocimientos. Málaga es una ciudad hermosa, su gente es tranquila y la comida es excelente. ¡Allí descubrí la morcilla! He pasado muchas tardes felices comiendo y bebiendo bajo el cálido sol de Málaga. Siempre me entristece regresar a Gran Bretaña después de viajar a esta ciudad.
Para terminar la entrevista, una pregunta de ciencia ficción: si tuvieras una máquina del tiempo ¿a qué época te gustaría viajar y a qué personaje histórico te gustaría conocer en persona?
En Londres de la década de los 50, específicamente a un club privado llamado The Colony Room que era frecuentado por la élite artística de la ciudad, como Lucian Freud, Frank Auerbach y, sobre todo, Francis Bacon. He leído mucho sobre esa época y parece que era un lugar salvaje e impredecible. Pasar una tarde bebiendo champán y hablando con esos gigantes del mundo del arte sería un sueño hecho realidad. (Publicado en visual 202)

Texto: David Moreu. Imágenes cedidas por Phil Hackett. Web del artista: www.hackettillustration.com

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