Desde hace más de una década, los EDAwards están apostando por la riqueza y variedad del diseño europeo,
a través de un certamen en el que importantes estudios de todo el continente se miden en igualdad de condiciones y demuestran si es cierto que ese prestigio adquirido en el ámbito local, aguanta el tipo a escala internacional.
El pasado 8 de junio, el teatro Nowy de Varsovia acogió la entrega de premios de la XIV Edición de los European Design Awards. Además de dar a conocer a los ganadores de este año, la gala ponía el punto final a varios días de actividades relacionadas con el diseño, entre las que se encontraban conferencias, exposiciones, talleres y visitas a agencias o estudios de diseño de la ciudad.
A pesar del prestigio obtenido a lo largo de más de una década, los últimos años de los EDAwards resultaron más complicados de lo que cabía esperar. La razón fue la crisis económica mundial que se cebó muy especialmente con Grecia, país donde está radicada la organización del evento. Unas dificultades que parecen superadas en esta edición, habida cuenta de las numerosas inscripciones recibidas este año, que procedían de treinta y nueve países de todo el continente europeo y que batieron todos los récords históricos del certamen.
Después de la reunión del jurado celebrada en marzo de este año, el palmarés que se hizo público en Varsovia quedó conformado por treinta oros, cincuenta y tres platas, y cuarenta y tres bronces, siendo el país más premiado Países Bajos, seguido por Alemania, Noruega, Italia y Grecia. A pesar de ello, no fue un estudio neerlandés el que se alzó con el título de Agencia del año. Gracias a la suma final de oros, platas y bronces conseguidos, ese trofeo recayó en Kind, estudio noruego que se caracteriza por su “enfoque holístico en la construcción de marca y en el que juega un papel muy importante el aspecto emocional”. Una filosofía de trabajo que, además de proporcionar importantes triunfos en certámenes de diseño como este, ha logrado que los clientes de Kind obtengan “ventajas competitivas a largo plazo” respecto de otras marcas de su mismo sector, lo que demuestra que el diseño es mucho más que un mero recurso ornamental.
En lo que respecta a España, nuestro país se destacó, otro año más, por la baja participación. A pesar de ello y como ha sucedido en pasadas ediciones, la relación entre piezas presentadas y premios obtenidos arrojó un resultado bastante positivo, colocando a España en el puesto dieciséis, lo que supone estar por encima de la media de los países participantes. En otras palabras, España es claramente una potencia europea en diseño y, si las inscripciones aumentasen, esos primeros puestos del palmarés podrían estar ocupados por estudios del país sin demasiadas complicaciones.
Dejando las especulaciones a un lado, el palmarés español de este año estuvo formado por David Torrent, que obtuvo una plata en la categoría de pósteres con Pirulís; Yinsen, con su bronce por sus carteles para las Fallas de Valencia y Democracia Estudio, que obtuvo otro bronce por su trabajo para Sara Simar. Completaba la cosecha de premios para España una mención para Aníbal Hernández por su trabajo para el Ayuntamiento de Madrid sobre la repoblación del Manzanares y que permitirá que el trabajo del diseñador madrileño esté incluido en el catálogo 2019.
Exigencia y neutralidad
A punto de cumplir su decimoquinta edición, los EDAwards han demostrado ser uno de los certámenes más exigentes de Europa. La supervisión del proceso por parte Ico-D y el hecho de que el jurado esté formado por profesionales del diseño sin vínculo con los participantes provoca que solo lleguen al palmarés aquellos trabajos que realmente destacan por su calidad. De hecho, el jurado ha dejado desierto el máximo galardón en varias categorías por entender que los trabajos presentados no tenían calidad suficiente para obtener un oro. Lo más sorprendente del caso es que algunas de esas categorías que han quedado desiertas han sido Póster individual o Portada de película y disco, dos sectores en los que, tradicionalmente, el diseño siempre ha producido magníficos trabajos y que, últimamente, no están a la altura de lo esperado.
En lo que también es implacable el jurado de los EDAward es en desestimar aquellos trabajos que no hacen un uso responsable del diseño. Este criterio hace que no sea costumbre premiar piezas que, a pesar de su valor, no tienen en cuenta criterios de sostenibilidad o abusan de soluciones poco ecológicas de manera injustificada. De igual manera, está presente en el espíritu del certamen valorar aquellos proyectos que llevan el diseño un poco más allá y no se limitan a resolver un problema concreto de un cliente, sino que buscan hacer frente a retos y necesidades de la sociedad en la que ese diseño va a ser aplicado. Ejemplo de esto es el bronce para la App Lina, un diccionario de lengua tirolesa de signos, o el Premio del Jurado de este año, que ha recaído en Privacy Label, proyecto destinado a resolver uno de los principales problemas a los que estamos expuestos los ciudadanos en la actualidad: la gestión y defensa de nuestra privacidad.
Realizado por el estudio de Utrech CleverºFranke, Privacy Label es un sistema de etiquetado para diferentes dispositivos, a través del cual el usuario puede saber fácilmente qué tipo de datos sobre su privacidad recopila esa empresa y cuál es el uso que se va a dar de los mismos. Aunque Privacy Label está implementado en algunos de los aparatos dependientes de la Sensor Lab Foundation, los responsables de CleverºFrance están negociando con autoridades y empresas europeas para que este sistema u otro semejante se implante de manera generalizada en las ciudades inteligentes y así informar a los habitantes de cómo se va a gestionar su privacidad.
Rumbo a Valencia
Después de pasar por Atenas, Estocolmo, Zurich, Helsinki, Estambul, Rotterdam, Oporto, Oslo y Varsovia, entre otras ciudades que han acogido los premios en estos catorce años, los responsables de los European Design Awards han confirmado que la edición de 2020 se celebrará en España.
El próximo mes de junio, Valencia acogerá la entrega de los XV EDAwards, así como sus actividades colaterales, muchas de las cuales tendrán como protagonistas a los diseñadores que trabajan en la ciudad del Turia, gracias a la colaboración que la organización de los premios ha establecido con la Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana (ADCV). De esta forma, la próxima edición permitirá disfrutar del mejor diseño europeo y valenciano, y tal vez sirva de aliciente para que los estudios españoles se animen a inscribir piezas de forma masiva. Si eso sucede, en la decimoquinta gala de entrega de los EDAwards, la agencia del año podría ser un estudio español. Si finalmente no sucede así, no será por falta de calidad, eso ya ha quedado claro, por lo menos, catorce veces. Publicado en visual 199
Texto: Eduardo Bravo