MAGAZINE DE DISEÑO, CREATIVIDAD GRÁFICA Y COMUNICACIÓN

Yulia Brodskaya. La crisis del papel…


Yulia Brodskaya descubrió que para destacar entre la masa de ilustradores había que ser muy brillante o hacer algo diferente. Eligió lo segundo y con el tiempo también ha conseguido lo primero. Sus trabajos con papel, fruto de su propio proceso de aprendizaje, alcanzan una complejidad y belleza fuera de lo normal que han sido
aprovechadas por compañías internacionales para desarrollar sus campañas de comunicación.

yulia

En los últimos años, internet y las tecnologías digitales han acuñado el término “crisis del papel” para referirse a la decadencia de los medios de comunicación convencionales. Para Yulia Brodskaya, sin embargo, la crisis del papel es sencillamente: Cuando se me agotan las variedades de papel favoritos y me veo obligada a utilizar otros papeles en lugar de esos.
Por muchos avances tecnológicos que irrumpan en el mundo de la comunicación, para esta ilustradora nacida en Moscú en 1983, el papel sigue siendo la materia prima con la que crear asombrosos trabajos para diversos clientes o, sencillamente, por propia satisfacción personal.
Aunque mi formación es como diseñadora gráfica, siempre he tenido una especial fascinación por el papel. Durante años hice manualidades con papel y probé diferentes técnicas, pero como diversión. Nunca imaginé que ese entretenimiento se llegaría a convertir en una forma de vida.
Cuando empezó a trabajar como diseñadora, Brodskaya comprobó que las herramientas digitales no eran lo suyo. Decidió entonces explorar la ilustración manual. No lo hacía mal, pero no tenía un estilo particularmente especial o diferente. La cosa mejoró cuando combinó su pasión por el papel con la ilustración y su interés por la tipografía. Lo primero que hice con papel fue mi nombre: Yulia. Fue como si certificase que había encontrado un nuevo método y lo había hecho mío. A partir de ahí Brodskaya comenzó a llevar cada vez más lejos sus experimentos con papel. Tanto, que acabaron convirtiéndose en trabajos comerciales como: Encargos editoriales y más de doscientas campañas de publicidad a nivel mundial.
A la vista de los resultados, el camino emprendido por Yulia Brodskaya ha sido el más acertado. Lo que no quiere decir que haya sido sencillo. Para empezar, en el campo de la ilustración con papel no hay apenas referentes en los que fijarse. Poco a poco he podido descubrir artistas del papel que hacen cosas sorprendentes, como Jen Stark, Zim & Zou, Jeff Nishinaka, Matthew Shlian…, pero cuando yo comencé no había tantos. Sin referentes ni reglas concretas, todo se reduce a un proceso de ensayo y error en el que lo habitual es recurrir a técnicas aparentemente semejantes.
Para ilustrar con papeles debes ser creativo, tener habilidades a la hora de componer y saber cómo interactúan los colores, lo que no deja de ser común a diferentes disciplinas. Por tanto, si eres capaz de hacer eso en la ilustración normal, posiblemente tengas éxito en la ilustración con papel. Dicho esto, hay que tener claro que los trabajos con papel tienen otras muchas dificultades. Por ejemplo que, en lugar de hacer trabajos a mano alzada, tienes que utilizar patrones o formas previamente preparadas, que los colores ya vienen determinados, que debes dedicarle tiempo a seleccionar los que necesitas,…
Tal vez por esa falta de referentes Yulia Brodskaya ha conseguido desarrollar un estilo muy personal en sus trabajos con papel. Mi técnica se parece un poco a dibujar, especialmente en la libertad y la fluidez con la que manipulo el papel, pero son técnicas diferentes. Lo que algunos profesionales resolverían con recortes generosos de papel ella lo hace añadiendo pequeñas tiras de ese material. De esa forma, cuando se juntan unas con otras, construyen las masas de color como si se tratase de finos trazos de lápiz. La diferencia principal es que si dibujar una línea con un lápiz me lleva un segundo, hacer esa misma línea con un papel supone darle forma, cortarla, colocarla sobre la superficie y hacer las correcciones necesarias antes de pegarla y sujetarla un rato hasta que quede fijada definitivamente, el resultado, sin duda, es mucho más llamativo que el de una ilustración 2D. Pero evidentemente el proceso es mucho más largo.
El tiempo de elaboración no es un tema desdeñable en un mundo como el de la publicidad. Con frecuencia, los encargos suelen realizarse con plazos muy justos, lo que podría reducir las posibilidades de Yulia Brodskaya a la hora de conseguir algunos proyectos. No es el caso. Cuando el tiempo es muy limitado y los trabajos laboriosos, trabajo largas jornadas para cumplir con las fechas de entrega. No niego que es complicado, pero no imposible. No ha habido ni un solo trabajo que no haya podido entregar a tiempo, –explica–.
De hecho, Brodskaya entrega con tiempo suficiente como para que se pueda fotografiar la pieza correctamente y que el cliente pueda hacer aquellos retoques que necesite. Mi responsabilidad es hacer un trabajo de alta calidad para que pueda ser fotografiado y retocado sin problemas. En todo caso, esos retoques no suelen ser necesarios porque, mientras trabajo, sé potenciar aquellas cosas que domino y minimizar las que no, para que el resultado no necesite demasiadas modificaciones.
A pesar de las prisas, del estrés, del perfeccionismo y la minuciosidad que requiere un trabajo como este, capaz de agotar la paciencia de cualquiera, Brodskaya confiesa que disfruta desarrollando este tipo de encargos. Especialmente de aquellos proyectos que me permiten más libertad, más creatividad y que después tienen la difusión suficiente como para que se vea el resultado. Pero no siempre es así. Los proyectos más complicados son aquellos en los que el cliente pretende fiscalizar todo el proceso. Esos en los que quiere decantar el trabajo hacia ese lado en el que tú sabes perfectamente que no va a funcionar. Afortunadamente esos casos son poco frecuentes.
Aunque el grueso de su producción suele estar vinculado a los encargos de agencias de publicidad, editoriales o marcas comerciales, Yulia Brodskaya es capaz de sacar tiempo para desarrollar sus proyectos personales, más cercanos al mundo del arte que del diseño gráfico. Así es como las considero yo, “obras de arte en papel”. Este material permite reproducir cualquier cosa. Solo es necesario tiempo y dedicación. Por eso no entiendo por qué no podrían estar expuestas en una galería de arte.

Texto: Eduardo Bravo

Publicado en Visual 185

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